En un mundo mágico donde todo es posible, el amor destinado es la magia más poderosa que hay, lamentablemente, son pocos los que lo encuentran y aún más pocos los que saben usarla.
Su encuentro despertará un poder oscuro ¿Todo pasa según un destino...
Sólo quiero que nosotros dos estemos juntos para siempre. For you
Hoseok veía el camino, manteniendo el paso, tenía miedo de que la figura de la magia oscura los encontrara de nuevo, pero después de un rato de no pasar nada se tranquilizó y siguió el camino. En un momento pensó en Yoongi y en él, ambos eran diferentes y parecidos a la vez, no sabía en qué momento su relación había pasado a ser romántica, parecía que con Yoongi todo fluía sólo, incluso Hoseok se sentía demasiado cómodo con él. Nunca antes le había interesado nadie, con Yoongi parecía muy natural, parecía que así debía de ser. El alba llegó, los magos habían adelantado bastante camino, probablemente en la noche llegarían a su destino. Yoongi despertó y vió a su alrededor. "Buenos días" dijo Hoseok sonriendo "Buenos días" dijo Yoongi con voz ronca, carraspeó y se talló los ojos. "Hemos recorrido bastante" dijo Hoseok animadamente. "Sí, pronto terminará nuestro viaje" sonaba algo triste y preocupado. Hoseok, al escucharlo, se quedó pensando, era cierto, después de ese día, nada volvería a ser igual, lo sentía. "Yo... Bueno, ¿No deberíamos hablar de lo que pasó?" Dijo Hoseok sin ver a Yoongi. "¿Qué de todo lo que ha pasado?" Preguntó Yoongi, temía la respuesta. "Bueno, ya sabes, nosotros... Lo que pasó antes de que llegara la reina" dijo Hoseok volteando a ver hacia cualquier lado, menos a Yoongi, sus mejillas se volvieron rojas, el mago de cabello azul no pudo evitar sonreír el ver el nerviosismo de Hoseok, era adorable. "Oh bueno, ¿tienes algo que decir al respecto?" dijo Yoongi, primero quería saber qué opinaba Hoseok. "Oh... Yo... no lo sé, siendo sincero, jamás me había sentido atraído hacia nadie... Hasta ti" lo último fué casi un susurro, el corazón de Yoongi empezó a latir rápidamente. "Yo... A mí me pasa lo mismo" admitió con pena. Hoseok volteó a verle y sus miradas se encontraron, ambos parecían poder comunicarse sólo al ver sus ojos, lo que le dió miedo a Yoongi, bajó la mirada para decir "pero... Creo que, ya que el futuro de todos depende de nosotros, no podemos pensar ahora en el amor" la desilusión de Hoseok fué muy visible. "Yo... he crecido escuchado que el amor hace más fuertes a los magos, no lo sé, pero... Podríamos intentarlo" dijo Hoseok. "Sólo son cuentos, al menos eso he escuchado yo, creo que en medio de una batalla, el amor puede ser una distracción más que un beneficio" dijo sinceramente Yoongi. Ambos sentían dolor en ellos y no querían hacerse daño, por lo que Hoseok decidió guardar silencio y Yoongi no dijo más tampoco. El camino se volvió triste y sin ganas, aunque no se detenían para nada y seguían el ritmo. Hoseok sintió enojo e impotencia, por mucho que quisiera intentarlo de verdad, no podía hacer nada contra la decisión de Yoongi, el sentimiento era tal que Yoongi empezó a sentir un enojo y tristeza que no eran de él, por alguna extraña razón, sabía que estaba sintiendo lo que sentía Hoseok. "Oye, lo siento, de verdad, sólo quiero evitar complicaciones" dijo Yoongi al fin. "Yo no dije nada" dijo Hoseok seco. "Pero lo siento, siento tu enojo" Hoseok abrió los ojos y la boca, sorprendido. "¿Cómo haces eso?" Preguntó "Sólo lo siento, no sé por qué" dijo molesto. "Pues perdón, pero no puedo controlar lo que siento, si fuera así, dejaría de sentir algo por ti" dijo enojado Hoseok, no había pensado que esas palabras podían herir a Yoongi, pero de repente sintió su corazón apachurrarse y no era suyo el sentimiento, "perdón, perdón, yo... No lo pensé, no quise decir eso, es sólo que a mí también me duele, de verdad desearía poder estar contigo..." Dijo Hoseok, el agua en sus ojos delataba su tristeza. Yoongi lo sintió y también le dieron ganas de llorar, pero más de consolar a Hoseok. "Yo... No quiero prometerte algo que no estoy seguro de cumplir. No puedo decirte que saldremos de esto juntos, porque si la situación me sobrepasa... Yo no quiero que sufras más" admitió Yoongi, las lágrimas se desbordaron de los ojos del pelirrojo. "¿Qué diferencia hay? De cualquier manera debemos enfrentarnos juntos a lo que sea que haya después, de todos modos te quiero y me gustas. ¿Por qué no simplemente disfrutamos del tiempo que tengamos mientras podamos?" Argumentó Hoseok. Yoongi se sorprendió por el pensamiento de Hoseok, si no podían luchar contra lo que sentían, simplemente ¿No era mejor dejarse llevar? Estaba a punto de responder cuando llegaron a una zona de bosque y les llegó el ruido de agua cayendo, el sendero se adentraba en el bosque, por lo que ellos también entraron, voltearon a ver a su alrededor, llegaron rápidamente a dónde había una cascada y un lago, ambos miraron absortos el lugar, era muy bello, tenía plantas de colores diferentes y extrañas formas, incluso había plantas que brillaban y otras que parecían de diamante, un arcoiris se formaba con la luz, era un pequeño paraíso en un bosque mágico. Había insectos volando y animales que bebían agua. Los magos, sin decir palabra, bajaron de los caballos y se acercaron a la orilla del pequeño lago, ambos vieron el agua clara y luego se vieron entre ellos, Yoongi sonrió y tomó la mano de Hoseok, éste se sorprendió pero también tomó a Yoongi. Era un lugar especial, y Yoongi pensó que sólo se podía estar ahí con una persona especial. No tuvo tiempo de decir su respuesta antes, pero acarició la mejilla de Hoseok y vió sus ojos, Hoseok veía los ojos grises de Yoongi, esperando que él diera el primer paso, ya que él había dejado claro cuál era su punto de vista. Yoongi se acercó, inclinó su cabeza y cerró los ojos, Hoseok lo imitó, sus labios se acercaron poco a poco, entreabiertos, sentían la respiración del otro. Sus labios se tocaron y la magia se activó. Sus corazones latieron al unísono y el mundo sintió en su interior el poder que despertó. La naturaleza entera pareció brillar una milésima de segundo. Una ola expansiva de magia se desprendió de ellos hacia su alrededor, era el inmenso poder del destino confirmándose, de dos almas destinadas encontrándose a través del tiempo y del espacio. Hoseok y Yoongi sintieron una dicha indescriptible, ellos eran fruto del amor más puro encontrándose a pesar de las dificultades. Separaron sus labios con pesar y se vieron a los ojos, para sorpresa de ambos, los ojos de Yoongi habían adquirido brillo, sus ojos ahora eran dos lunas plateadas, mientras que los ojos de Yoongi parecían flamear entre tonos rojizos y cafés cobrizos. Ambos descubrieron que sus miradas sólo tenían vida por el otro. Se sentían bien, sentían que era lo correcto, sentían que así debía de ser, sentían que ambos habían abierto su mente y corazón al otro como les había aconsejado la reina de los fata, y no sabían qué tanto se habían unido aún. Pero los momentos buenos no suelen durar por mucho tiempo, y al unirse los magos, la figura oscura que los seguía se asustó y desesperó, mandando a sus aliados a encargarse de ellos, ya que estaban cerca. Es así como en el claro, los animales corrieron, alertando a la pareja de magos, quienes de repente se vieron rodeados de un ejército de grandes seres que tenían la figura de un mono, pero con alas de murciélago, orejas puntiagudas, garras filosas para desgarrar carne, colmillos grandes y de cuerpo huesudo. "Mongbats" casi escupió la palabra Yoongi. "Demonios" susurró Hoseok. Ambos estaban espalda contra espalda, con la espada desenvainada. Empezaron a ir contra ellos al mismo tiempo, uno quiso clavar sus garras en Yoongi, éste lo esquivó y rebanó en dos, otros llegaron a atacar al mago. Hoseok blandió su espada contra todo el que se acercaba. Yoongi recibió un rasguño en su brazo derecho, maldijo y siguió luchando, Hoseok también lo sintió, vió que no era su brazo el herido. Para su mala suerte, los magos se separaron en medio de la lucha, lanzando hechizos y atacando, no se dieron cuenta hasta que empezaron a arrastrar a Hoseok, un Mongbat lo tomó de los hombros y empezó a alzarlo con sus fuertes alas. "¡Yoongi!" Aulló Hoseok, sin embargo, en cuanto el mago pálido volteó, un Mongbat de abalanzó sobre él, derribándolo e impidiendo que fuera en ayuda de Hoseok. El pelirrojo, desesperado al ver que se encontraba a un metro del suelo y ascendiendo, lo único que pensó podría hacer era lanzar un hechizo de aire para tirar a la criatura, realizó el hechizo y la sorpresa fué total cuando logró hacerlo, de verdad funcionó. Él cayó justo en el lago, rápidamente nado a la superficie y a la orilla, corrió a ayudar a Yoongi, el mago utilizaba su poder de agua y aire contra todas las criaturas, Hoseok se acercó y Yoongi le sonrió. "¡Pude hacer un hechizo de aire!" Gritó Hoseok alegre mientras seguían luchando, ésta vez se aseguraron de no separarse. "!Wow, eso es genial! ¿Cómo lo lograste?" Dijo Yoongi, derribó a 5 Mongbats con un sólo chorro de agua" "Sólo sucedió, intenta manipular fuego o tierra" respondió Hoseok. Yoongi hizo lo que Hoseok le dijo, pensó en quemar a unos cuantos monstruos que se acercaban a él. Pronunció las palabras y surgieron llamas enormes que carbonizaron a sus enemigos. "Vaya" dijo Yoongi sorprendido, ambos se vieron un segundo y sonrieron como cómplices, con energías renovadas, los dos magos empezaron a lanzar hechizos diferentes a los Mongbats, quien hubiera visto esa lucha se abría sorprendido y habría admirado a los magos de cabello azul y rojo, contando después la batalla como una lucha de todos los elementos y colores posibles combinados en una danza sincronizada y hermosa, un torbellino que derribaba a todos los enemigos. Los Mongbats se redujeron, los que seguían vivos estaban heridos, así que al ver que no podían contra el poder de aquellos chicos, se retiraron corriendo. Yoongi y Hoseok sonrieron triunfantes, estaban muy satisfechos con ellos mismos. Pero la felicidad no duró tanto, ambos sintieron el apuro de cabalgar rápidamente a la biblioteca, sintiéndose perseguidos otra vez, sospechaban del encapuchado oscuro del otro día. Hoseok y Yoongi cabalgaron rápidamente pasando aquel claro mágico donde se habían dado el primer beso, y aquel donde también habían peleado fuertemente y vencido, no lo olvidarían. Cruzaron el camino, la noche estaba llegando, dentro de poco llegarían a su destino. En la oscuridad de la noche escucharon un alarido en el camino que habían dejado, de alguna manera sabían que debían llegar cuanto antes a la biblioteca.
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Así se ven los Mongbats
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