Verano 2010 - Parte 1

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Doy un último vistazo a la que ha sido mi casa durante mis ya dieciséis años. La voy a echar mucho de menos, sinceramente. La última habitación que miro es la mía. Aún recuerdo la última vez que la pintamos. Cuando yo tenía catorce años, creía que el color que tenía, un verde pálido, quedaba ya muy infantil para mi edad. Después de pensarlo mucho, mi madre y yo, decidimos jugar con los colores. Una pared de color plateado, y las tres restantes de un verde potente. No he dejado nada en ella. Todo me lo llevo a Gothemburg, la que a partir de ahora será mi nueva ciudad. Mi madre, Cecilia, italiana, por cierto, es arquitecta y se le ha presentado una oportunidad muy buena allí, y no podía rechazarla.

Después de esta última semana empaquetado todas las cosas; libros, álbumes, algunos muebles, etc… ahora ya no queda nada. Parece que esté desnuda, la casa. En mi maleta solo llevo ropa, y más ropa.

-Nina, tenemos que irnos. – me dice mi madre.

Nina, por cierto, así es como me llamo.

Salgo de la casa, para oír el ruido que hacen las llaves al cerrarla. Primero de todo tengo que mentalizarme del hecho de que nunca más volveré a verla.

Cuando mi madre y yo ya estamos en la calle esperando a un taxi para que venga a recogernos veo como tres chicas vienen corriendo hacia mí, y con un fuerte abrazo casi me ahogan.

Son ellas, mis tres mejores amigas. Llevamos juntas toda una vida ya. Desde el colegio hasta el instituto.

Diana es la que llora más. Des que Juan, el chico de sus sueños, le rompió el corazón, está más sensiblera que nunca. Tiene una larga melena rubia, y unos ojos de un verde precioso. Es la más alta de todas. Es bastante maleducada, y frase que dice, insulto que añade. Aunque es muy buena chica, de esas que dicen que tienen un corazón que no les cabe en el pecho. Siempre está dispuesta a escucharte y ayudarte en todo lo que pueda. Uno de sus defectos es que siempre dice lo que piensa, te guste o no. Nosotras ya nos hemos acostumbrado, pero a la gente que no la conoce no le sienta muy bien. Más de una vez se ha llevado broncas de desconocidos por ser demasiado directa.

Julia. Julia la enamorada. Es más bajita que yo y que todas. Lleva una melena corta y morena, y sus ojos son de color café. Es una soñadora, con todas las letras y en mayúscula. Su sueño es ser escritora. De todas nosotras es la única que se ha decantado por las letras. Y la verdad es que escribe muy bien. Siempre se lleva las felicitaciones de los profesores cuando se trata de redacciones. Aunque sea muy simpática tiene un punto de borde que la hecha mucho para atrás. Tienes que pillarle el truco a su personalidad para que te caiga bien. Desde hace dos años que sale con Carlos. Todo el mundo sabía que acabarían juntos. Aún recuerdo cuando teníamos seis años y él la seguía por todo el patio pidiéndole salir, aunque en aquellos tiempos solo se trataba de tonterías. La verdad es que hacen una pareja envidiable. Carlos es un bonachón, y la que lleva las riendas es ella. Pero son muy felices, eso es lo que cuenta. Y espero que su relación dure para siempre, sería muy bonito.

Por último está Natalia, o como todo el mundo la llama; Nat. Nuestra Nat, la chica rompecorazones. Pobres chicos. Siempre está con un chico u otro, y las relaciones no le duran más de un mes. Pero no me extraña que todos los chicos le vayan detrás, si es que es un bellezón. Alta y delgada, con una melena larguísima de color miel y unos ojos pardos. La consideramos nuestra estilista, porque siempre que vamos de fiesta, es ella quien nos aconseja que llevar. Tiene muy buen gusto para la ropa. La verdad es que voy a echar mucho de menos las tres horas antes de una fiesta, cuando todas vamos a casa de una de nosotras y como unas locas buscamos que conjunto ponernos, entonces viene Nat con sus gustos, busca apenas dos minutos y wualá, ya tenemos que ponernos. Es la más divertida de todas, siempre se lo toma todo en coña. Excepto por los estudios. Es una chica muy inteligente. Ella se ha decidido por hacer el bachillerato tecnológico, no lo entiendo, la verdad. Yo odio la tecnología. ¿A caso no la odia todo el mundo?

I'll Be WaitingWhere stories live. Discover now