Curso 2010/2011 - Parte 6

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Su mano se encuentra con mi mejilla derecha. Yo que me esperaba una caricia… Pero su mano llega a una velocidad demasiado rápida para mi gusto, y una vez aterriza en mi mejilla ahogo un grito.

-¿¡Pero qué leches haces?! – le pregunto a Ian.

-En las películas siempre funciona… - se disculpa. No entiendo nada.

-¿Pero tú has bebido o algo?

-Oh, como no te callabas y estás que te muerdes las uñas, he pensado que así te tranquilizarías…

-Vaya, pues puedo dar gracias que al menos no me has golpeado con un bate de béisbol…

Se pone a reír en mis narices, pero entonces recuerdo lo que estaba haciendo minutos antes de que esta discusión empezase.

-¿Pero me pongo los negros o los tejanos claros?

En quince minutos Chris estará en mi puerta. Y aún no he decidido que ropa ponerme. El pelo ya está listo; con la plancha me he ondulado el pelo. Y el maquillaje también listo, algo ligero.

Como Chris no me ha dicho donde vamos no tengo ni idea de que ropa ponerme.

-Creo que te quedan mejor los negros. – dice Ian después de pensarlo un rato.

Entro al cuarto de baño y me visto; pantalones largos negros y ajustados, una camiseta gris de tirantes con la palabra “Beyond” en el medio, de color negro. Unas zapatillas grises, un bolso negro cruzado y finalmente un gorro de lana gris. Sí, esos son los colores que abundan en mi armario.

Una vez salgo del baño Ian me mira de arriba abajo y me pide que dé una vuelta. Y cuando ya la he hecho la mirada de Ian no está precisamente mirándome los ojos.

-¿Me estás mirando el trasero? – le digo confundida.

Antes de que responda llaman a la puerta. Cecilia no está en casa. E Ian aún sigue aquí. Mierda. El plan era que se fuera antes de que Chris llegara.

Bajamos los dos las escaleras. Antes de abrir la puerta con las manos intento dar volumen a mi pelo ondulado, como si eso fuese a funcionar.

-¿Estoy bien? – le pregunto a Ian por milésima vez.

-Mucho, ya te lo he dicho mil veces Nina. Estás para comerte. – dice lo último haciendo broma.

Le doy un golpe en el hombro, cosa que, por cierto, se ha convertido en costumbre, y por fin, abro la puerta, para encontrarme a uno de los chicos más guapos que he visto en mi vida. Pues hoy aún lo está más. Con ese pelo rubio y esos ojos azules. Más no puedo pedir. Va vestdo con una camiseta color chicle, que le sienta mut bien, y unos tejanos oscuros.

-Hola. – le digo tímida. Chris responde de la misma manera y estoy rezando para que Ian se dé cuente de que ahora mismo aquí no pinta mucho. Pues vaya, el chico no se da por vencido.

-Ian este es Chris, Chris este es Ian. – odio estas presentaciones. A veces me imagino que lo hago al estilo Bridget Jones en su primera película. Sería algo así:

-Ian, te presento al buenorro de Chris, que por cierto más te vale besarme pronto, porque, al menos yo, me muero de ganas. Y Chris este es Ian, mi vecino y mejor amigo, por lo tanto no puedo decirle lo guapo que es. Así castaño claro, con esos ojos. Un bombón, ya lo digo yo.

Parece que, si no se me ha empezado a caer la baba, se han dado cuenta de que ahora mismo me encuentro en otro planeta.

Ian mira a Chris de manera desafiante, y antes de que se despida lo recuerdo. ¡Los apuntes de Chris! Menuda vergüenza, si le digo que no los he cogido se pensará que solo me importa la cita, cosa que, sinceramente, tiene su parte de verdad.

I'll Be WaitingWhere stories live. Discover now