Harry Potter

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Titulo: niña salvadora
para:

Era un día caluroso, era verano, mas específico era julio, me encontraba sentada en la acera fuera de mi casa pensado que podría hacer para perder el tiempo en lo que mis padres adoptivos regresaban de su comida de negocios.

 Verán mi "padre" trabaja en una empresa de taladros llamada grunnings el era el subdirector de la empresa, ya que el director es un hombre llamado Vernon Dursley, un hombre regordete y de mal carácter, digo esto  ya que este señor no hacia mas que ver con desprecio todo aquello que es divertido, y por si no fuera suficiente su familia es igual de despreciable que el, un ejemplo es su esposa la señora Dursley, esa mujer a mi parecer es mitad jirafa mitad halcón.

Tal ves te preguntes el porque lo digo; pues verán la mujer siempre que esta en su cocina o en cualquier parte de su casa que cuente con ventanas mantiene su cuello tan estirado que parece una estatua mientras que con sus ojos busca el mejor chisme para tener algo que juzgar, ¿se imaginan a estos dos personajes procreando? asqueroso no lo creen, pero aunque nadie lo pueda creer de estos dos seres surgió un demonio gordo y rubio llamado Dudley ¿que, porque le digo así? pues verán este niño solo se aprovecha de su físico (solo de su físico ya que carece de inteligencia superior) para poder golpear a los niños mas pequeños, además de que es un mimado y un malcriado ya que rompe todo a su paso. 

 Todo esto lo se debido a que soy su vecina desde que nací; aclaremos algo yo no soy hija biológica de mis padres, ellos me encontraron en la puerta de la casa, la mañana del 1 de noviembre con una cobija y una nota la cual tenía mi fecha de cumpleaños y mi nombre el cual es Ayla Lupin un nombre extraño pero que tiene que ver con la luna.

Bueno como iba diciendo; estaba pensando que hacer cuando algo o mas bien alguien llamo mi atención, era un niño se veía de mi edad, de cabello negro  azabache, delgado, de ojos color verde escondidos bajo unas gafas que a simple vista puedo decir que el mismo arreglo, la ropa del chico se veía a leguas que era de unas cinco tallas mas grande que el, por no mencionar que estaba desgastada.

El chico a lo que pude apreciar salio corriendo de la casa de los señores Dursley, al parecer huía de algo o alguien, mi pregunta silenciosa fue contestada cuando vi salir a Dudley "corriendo" si a eso le podemos decir correr, el chico estaba rojo no se si por la furia o por el esfuerzo físico, además de que estaba sudado y con su puño en el aire con clara intensión de golpear al azabache que se tropezó justo frente a mi. El pobre estaba pálido y con un pequeño moretón en su pómulo derecho, el chico me dio algo de pena así que entre en acción para tratar de ayudarle a que ese gorila no lo lastimara mas. 

Así que espere a que Dudley llegara frente a mi ya que con  mi  pequeño cuerpo cubría el del chico miope

-niña quítate de mi camino- bramó o mas bien jadeo el rubio en busca de aire por el esfuerzo físico que estaba haciendo 

-no, lo creo rubio- dije poniéndome firme en mi lugar frente al chico

-quítate o si no- no lo deje continuar ya que de verdad me estaba molestando

-o si no ¿que?, ¿me vas a golpear como a el o vas a hacer tus rabietas de niño tonto?- pregunte enojada cruzando mis brazos sobre mi pecho

el chico no sabia que decir a si que se limito a ver al cuatro ojos que estaba parado detrás de mi, con una cara de enojo puro

-¿no te avergüenza que una niña te defienda Potter?- pregunto con sorna al que ahora ubicaba como Potter

-cállate gorila!!- grite mientras le pateaba la espinilla y tomaba a Potter de la mano para que corriera conmigo a mi casa, ,lo único que se escucho de fondo fue a Dudley llorando porque le dolía, una vez que estuvimos en la seguridad de mi casa solté a Potter y lo dirigí a la sala.

-bueno chico ¿que hiciste para molestar a esa morsa rubia? y ¿porque no te he visto por aquí antes?- pregunte mientras me sentaba frente a el.

-primero, gracias por la ayuda no te hubieras molestado, ahora también te molestara a ti- en sus ojos podía ver culpa

  -tranquilo no creo que sea tan tonto como para hacerlo después de la patada que le di- solté una pequeña carcajada junto con el azabache

-ahora ¿me puedes responder mis preguntas?-

-claro, primero, no le hice nada, a el siempre le a gustado golpearme y contestando a tu segunda pregunta, es porque nunca salgo de la casa de mis tíos- respondió con la mirada gacha

-espera, esas cosas son tus tíos!!!- realmente no podía con mi asombro

-si, aunque no nos parecemos en nada- decía mientras se rascaba su nuca

-claro que no se parecen chico, tu no eres un animal de zoológico como ellos- 

el chico solo se rió por lo que había dicho

-¿y dime como te llamas niña salvadora?- 

-soy Ayla, Ayla Lupin y tu niño miope?-

-Harry, Harry Potter-

De ese encuentro han pasado 4 años y Harry y yo nos convertimos en mejores amigos ya que siempre que sus tíos se ponían de pesados el venia a mi casa ya que mis padres lo amaban así que siempre trataban de que Harry estuviera en nuestra casa aunque a sus tíos estaban en completo desacuerdo.

Estábamos a dos días de que Harry cumpliera sus 11 años y no lo había visto desde hace tres días y siempre que iba a la casa de sus tíos salia su tía petunia y me decía que estaba ocupado y que no podía salir, aunque su mirada era de precaución como si esperara que algo o alguien apareciera de la nada, después de eso no supe nada de Harry hasta septiembre ya que por cosas del destino lo encontré en la estación de trenes preguntando por la plataforma 9 3/4 curiosamente la misma plataforma que yo buscaba, lo que quería decir que el era como yo, a si que, sin que se diera cuenta me puse detrás de el y lo abrace

-¿porque rayos no me dijiste que eras como yo?-

-¿Ayla tu también iras a Hogwarts?- me pregunto emocionado mientras nos acercábamos a mis padres los cuales estaban hablando con una señora regordeta pelirroja, la cual nos indico como atravesar a la plataforma, una vez que entremos Harry y yo nos despedimos de mis padres y buscamos un lugar libre.

Desde ese día todo cambio para mi y mi mejor amigo, incluso nuestros sentimientos cambiaron, estuvimos juntos todo el tiempo, desde el descubrimiento de la piedra filosofal, el reencuentro con mi padre biológico y su padrino, hasta la caída de Lord Voldemort.

 Quien iba a decir que ese azabache miope iba a convertirse en el amor de mi vida y en el padre de mis hijos.

















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