White Lies

Iguales pero tan desiguales

Yo regresé a mi departamento, fue un día muy dintinto a los habituales días. Por lo menos tuve un buen día en la escuela...Rubena...

Entrando a mi departamento yo grité.- ¡mamá llegué!

De repente me sentí mareado y entré en la realidad...maldición ¿porque sigo llamandola? Ella ya no está aqui, estoy solo.

Me recosté en mi cama, pensando en como haría el trabajo con Jane, todavía me ronda en mi cabeza...del porqué me buscó y del porqué me abrazó, la chica que amo es muy extraña.

Mira quien lo dice.- me dije a mi mismo.

Me llamó Steve y conversamos un rato, este idiota. Siempre preocupado por mí, desde que mamá murió y vivo solo, no pasa un solo día sin que el me llame.

Me mantuve recostado y luego mis parpados se fueron cerrando. Y en mis pensamientos, Jane estuvo hasta quedarme dormido.

Mi alarma sonó desperté emocionado, volvería al instituto para ver a Rubena.
Caminé hasta el instituto acompañado de Steve, llegando a clases me dí cuenta de que Rubena no estaba, me preocupé, ya que, ella nunca suele faltar a clases. Quize preguntarles a sus amigas, pero sería muy obvio de mi parte, se darían cuenta que me gustaba. Y aunque estaba enamorado de ella, no quería que los demás supiecen.

Todavía.

Antes de salir del instituto, logré averiguar por medio de la inspectoría, en donde vivía Rubena, sí, quizás estaba exagerando, pero no puedo evitar sentirme así.

Por lo que me armé de valor para salir de la escuela e ir a la casa de Rubena, de cierto modo sentía que algo malo ocurría con ella.

Cuando llegué, asustado golpeé suevamente la puerta, me abrió rubena, me dolió verla, estaba pálida con los ojos hinchados signos de que había estado llorando.

H-hola...-me saludó con la voz quebrada.

Yo sin decirle nada la abracé, dandole a entender que no tenía que darme explicaciones sobre el porqué su estado. Sin previo aviso ella llora en mi hombro.

M-mi padre ha m-muerto- llora.