Danger [𝙻𝙱] - MYG

14

𝑃𝑒𝑛𝑡𝑎𝑔𝑜𝑛
오각형

No podemos ver las estrellas, pero las estamos alcanzando,
Tratamos de atravesar la oscuridad con sentimiento, ahora somos ingrávidos
Pero sé que en mi corazón podemos
tomar esto.
Juramos que estamos vivos,
pero nos estamos cayendo a pedazos Luchamos como leones, Aullamos
a la luna, Deberíamos estar volando.
En cambio enterramos la verdad
Pero sé que dentro somos criaturas

Somos unas criaturas
hermosas.

| L |

Gotas de lluvia caían sobre mi. Pero eso no era impedimento para seguir golpeando el saco de arena frente a mi, aún con los guantes de boxeó me dolían los nudillos. Y si estaba en entrenamiento. Jimin y yo nos encontrábamos en el patio de la mansion, habíamos entrando al gimnasio a practicar pero vio que estaba lloviendo y se le ocurrió la fantástica idea de entrenar en la lluvia, porque "eso me ayudaría más en condición"  y así fue como terminamos sacando un costal de box.

¿Genial no?

Cada vez que golpeaba me agotaba, y es que llevamos rato entrenando sin alguna botella de agua.

— Golpea una vez más.— Golpee de nuevo, sabia que lo estaba haciendo mal pues en su cara hacia una mueca cada vez que golpeaba el saco. — Intenta ponerte en esta posición, se puso de lado un pie enfrente y el otro atrás, sus manos dobladas a la altura de su hombro formando un puño — Siempre que quieres golpear a alguien tienes que usar alguna estrategia — bajo el paraguas negro y golpeo el costal, un golpe arriba, otro abajo, dio una vuelta en el aire estirando su pierna y esta dio un golpe en el costal aventando gotas de agua dándome en mi cuerpo, todo fue demasiado rápido. — Como la mía.

—Tu tienes condición en esto.. ¡yo no!— reí

—¿Sabes en que más soy bueno? — levantó una ceja, fruncí el ceño ante eso provocándolo reír. — Creo que lo sabes muy bien — levanto de nuevo su paraguas.

—Estas mojado ¿Porque lo vuelves a levantar? —pregunté.

—No quiero agarrar un resfriado —su voz era tan tranquila, tan mágica.

Abrí la boca en modo de ofensa— ¡Pero yo me puedo enfermar! ¡Me quieres matar! —grite ofendida.

Jimin me miraba con ternura, reía ante lo que le decía, de un momento a otro me jalo hacia el juntando nuestros cuerpos siendo tapados por el paraguas negro, su mano sostenía fuertemente mi cintura y su mirada no se apartaba de la mía ningún momento.

—¿Mejor?

Asentí. La verdad no tenía palabras pues el chico me las había robado. Empezó a subir su mano por mi espalda dando leves caricias en ella, di un respingo.

—¿Lea?

Pero no le pude contestar, los rechinados del portón principal abriéndose resonaron, una Hummer negra entró acercándose a nosotros. Jimin dejó caer la mano haciéndome extrañar su tacto en mi cuerpo, No nos movimos de lugar aún había suficiente espacio para estacionarse, le di la espalda a Jimin tratando de averiguar quien era el dueño que veían adentro.