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Sus ojos se abren confundidos en la oscuridad. Gira su rostro hacia la derecha topándose con el reloj sobre su mesa de noche marcando las dos de la madrugada, suspira y trata de volver a dormirse. No está seguro del porqué pero últimamente su insomnio es más recurrente, lo despierta en medio de la madrugada dejándolo en la soledad de la noche, escuchando las respiraciones tranquilas de sus compañeros en la habitación.
Entonces algo lo hace volver a abrir su ojos. Un ruido algo lejano, casi como un susurro en la oscuridad que produce un eco que llega a sus oídos.
Lluvia.
Se levanta lentamente, escucha el sonido de lo resortes de su cama cuando se pone de pie. Sus dedos descalzos envían un escalofrío ante el frío suelo que después de atravesarle todo el cuerpo le provoca empezar a temblar.
Camina con cuidado por la habitación hasta poder tomar un suéter en la oscuridad y abre la puerta con suma delicadeza para no despertar a sus amigos. El pasillo helado del departamento le da la bienvenida, poniendo su abrigo se mueve sobre la cerámica hasta llegar al salón rodeado de ventanales gigantes que le dejan ver la cuidad.
No puede evitar sonreír cuando ve las gotas de lluvia reflejadas a travez de la luz de la calle. Se sienta sobre el marco de uno de los ventanales, acurrucándose para no perder el calor. Aquel departamento de lujo le da una hermosa vista de la cuidad empapada junto con el sonido adormecedor del agua que cae y choca contra el suelo.
Le gusta la lluvia. Siempre le ha encantado.
Lo hace sentir más cercano a su espíritu, nostálgico y relajado. Los días lluviosos siempre son diferentes, porque puede sentarse en la ventana a admirar el cielo llorar, porque en vez de tomar el autobús a la escuela va a pie disfrutando de la sensación de humedad y el olor de los árboles mojados. ¡Ah! Pero lo que más disfruta sobre todas esas cosas es poder tomar chocolate caliente.
Entonces puede oír unos suaves pasos a lejanía acercarse hasta donde está él. Se asusta pensando que quizás es alguno de sus mayores y que seguramente lo regañarán por estar despierto a esas hora, sin embargo, cuando alza su mirada se encuentra con el rostro de JiSung mirándolo curioso a través de la leve oscuridad.
—Hyung, ¿Qué hace aquí?
—No puedo dormir.
Responde. La lluvia se hace más fuerte y un suave viento azota el ventanal, provocando que el menor se exalte. Sonríe por eso, pareciéndole tierno el gesto, entonces JiSung se acerca a él y se toma asiento en la otra esquina del marco.
—La lluvia es hermosa, ¿Cierto, Hyung?
