that girl ‹ chaesoo

💐 : 5

Chaeyoung

—¿Por qué tienes esa cara, pequeña? —le preguntó el Señor Choi, el hombre mayor que iba cada lunes a comprar un ramo de flores a su esposa- Pareces triste hoy.

Una sonrisita se formó en los labios de Chaeyoung.

—No es nada, señor Choi. —rio suavemente mientras le entregaba el vuelto al hombre- Es sólo que estoy por enfermarme.

—Cuida bien de ti, estas preciosas flores no pueden quedarse sin quien las atienda o se pondrán muy tristes. —contestó él— Además, nadie mejor que tú para cuidarlas, una bella flor.

—Ah, usted me hace recordar a mi abuela a veces. —contestó la joven, todavía con una sonrisa en sus labios— Cuide bien de usted también, está lloviendo mucho.

—Está bien, tendré cuidado. Buenas tardes, pequeña, te veo el próximo lunes. —el señor caminó hacia la puerta de salida del local y la abrió— ¡La Señora Choi te manda un saludo! —exclamó antes de irse a lo que Chaeyoung asintió y respondió con un gesto de despedida.

Jisoo

—Sí, aquí está bien. —Jisoo pagó el costo del taxi y se bajó, rápidamente corrió hacia la puerta de la florería. Esta estaba empañada y no se podía ver casi nada del interior. Suspiró.

Vamos, no llegaste hasta aquí para salir corriendo.

Quieres otro de sus cafés intomables, admítelo.

Y quieres verla a ella.

Abrió la puerta y allí la vio, Chaeyoung estaba distraida hojeando una revista pero rápidamente notó la presencia de Jisoo.

La castaña abrió la boca para decir algo pero la rubia se le adelantó.

—¡Jisoo eonnie!

Cálmate.

De en serio, cálmate.

Pensó en lo linda que se veía ese tarde. Chaeyoung llevaba una falda color blanca con una copia casi idéntica (sacando el color) del suéter que había vestido hacia dos semanas.

Intentó desviar la mirada, la cual se acercaba peligrosamente a sus piernas. No, Jisoo no tenía pensamientos impuros -o eso creía-pero pensaba que era tan bonita por fuera y por dentro que en cualquier momento sufriría un ataque.

✿✿✿

—Qué bueno que viniste hoy ¿Quieres un café? —Chaeyoung sonaba muy emocionada.

No pero quiero estar contigo un poco más así que lo voy a aceptar.

—Yo...sí, está bien. —la menor de las dos no tardó en traerle un banquito para que Jisoo pudiese sentarse.

Estuvo unos minutos sola y su mente estaba llena de pensamientos.

Una parte de ella quería irse pero la parte que quería quedarse allí, le ganaba.

¿Qué tan malo puede ser?

Es malísimo que te atraiga una chica, Jisoo ¿Qué te pasa?

Pero...

Chaeyoung

La verdad era que Chaeyoung sí quería verla, desde la noche del sábado, después de ver esa película de un amor entre dos mujeres, Jisoo venía a su mente muy seguido y le parecía una joven interesante.

Eran tan diferentes, ella lo supo desde el primer día que la vio.

Y los opuestos se atraen, definitivamente ese era su caso.

Jisoo

—Ya puse el agua para el café. —la suave voz de Chaeyoung la sacó de sus pensamientos.

Y así se sentaron a hablar de nuevo, de cualquier tema que salía.

Ese día fueron más de 20 minutos charlando, estuvieron una hora haciéndolo.

Pero para Jisoo fueron como 20 de lo rápido que el tiempo pasó.

Se dieron cuenta de ello cuando Chaeyoung revisó su móvil.

—Chaeyoung, hay algo que quiero preguntarte. —comenzó a decir Jisoo mientras se colocaba su cartera— ¿Tienes novio?

La rubia negó con la cabeza.

—A mí me va realmente mal en el amor. —contestó Chaeyoung al mismo tiempo que ordenaba un poco el mostrador— Pero me imagino que eonnie es bastante suertuda en eso. —dejó de ordenar por unos momentos y miró a Jisoo de reojo— Porque es muy bonita y femenina.

Jisoo se ruborizó. Soltó una risa algo nerviosa para ocultarlo y comenzó a caminar lentamente por el local, dándole la espalda a la menor para que no notase el color de su cara.

—Yo...yo soy mala con ello también. —suspiró— Y creo que me lo merezco.

Escuchó como Chaeyoung se acercó a ella.

—No digas eso, eonnie. —tiró suavemente un mechón del pelo castaño, provocando así que Jisoo se diese media vuelta y ambas estuviesen cara a cara— Todos merecen conocer el amor, al menos una vez en sus vidas. —Jisoo no pudo ocultar el rubor de sus mejillas esta vez, sus ojos se fijaron por un momento en los labios rosados de Chaeyoung.

Huye.

O bésala.

¿Qué vas a hacer, Jisoo?