• Capitulo 4•

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Les juro que jamás en la vida había tenido un domingo tan raro como hoy... lo peor es que James sabe la persona tan curiosa que soy... y no quiere decirme nada respecto a este chico del parque.
Me siento bastante confundida y a la vez enojada de que oculte ese tipo de cosas. Así que decido perseguirlo a su habitación.

-James! Ábreme la puerta, necesitamos hablar- es que en serio, no puedo quedarme así.
-Haley tú y yo no tenemos nada de que hablar, estoy ocupado- se que me está mintiendo- así que deja de insistir en algo que jamás pasará.
-Dios! Sí tienes la cara para decirme que no me acerque a alguien, tenla para decirme el maldito por qué!
Y me quedé esperando... literal 15 minutos y nada, intenté de todo, hasta termine pateando la puerta y Maria una de las muchachas subió para verificar que todo estuviera bien. Al final he decidido darme por vencida, no sé qué es lo que le pasa a James, siempre me dice todo, y es tan raro que esta vez sea diferente.

No podía detenerme de hacer mis cosas solo por él así que decidí ignorarlo e ignorar todo lo que me había dicho, si él no quiere decirme la razón pues entonces yo lo averiguaré en la primera oportunidad que tenga.
Caminé un poco hasta llegar a mi habitación y me dispuse a quitarme la ropa porque claro... venía de hacer ejercicio, no podía quedarme así. Tengo baño propio así que no tengo la necesidad de salir de mi habitación y cruzarme con James o papá y qué nos interrogara porque de seguro Maria le contaría que me encontró pateando la puerta del cuarto de James.
Desempaqué una pequeña bolsa en dónde había guardado mis cosas de baño y me dispuse a acomodar todo rápidamente para tener un baño de burbujas bastante relajante porque claro! Lo necesitaba! Vacié un poco de mis jabones para la ducha y me metí a la tina a disfrutar de la comodidad que era tener una tina. En Londres mi mamá era la de la tina, en mi baño propio no tenía y muchas veces me metía a bañar en su baño con tan de utilizar la tina, pero ahora no tenía la necesidad de asaltar el baño de nadie.

Al terminar de asearme bajé a encontrar a mi padre y lo encontré en la cocina leyendo el periódico, siempre hacia eso todas las mañanas de los domingos según James, no eran las de las 10:30 am así que decidí desayunar con él.

-Hola papá, te traje un café de camino a casa- dije agarrando su café de la charolita de cartón y dándoselo- aunque creo que ya estará un poco frío, lo siento.

-No te preocupes hija, me imagino que fue una larga caminata..¿o me equivoco?

Me le quedé mirando por unos segundos tratando de descifrar la verdadera intención  detrás de esa pregunta tan casual... acaso Maria ya le habrá contado acerca del pequeño show de allá arriba?

-En realidad...tuve un pequeño contratiempo con James así que no pude traértelo antes pero, espero aún recordar tu favorito papá- esperaba de verdad poder distraerlo
-Ya veo... -dijo dándole un pequeño sorbo al café latte- la casa es demasiado grande Haley, pero aún puedo escuchar cuando pateas la puerta de James a manera de desesperación como cuando eras niña.. ¿Quieres contarme el motivo por el cual maria tiene que limpiar la huella de tu tenis de la puerta de James?
Maldita sea!! Pensé que no tendría que decirle nada. Pero pensándolo bien, tal vez él pueda darme información.

-La verdad es que James se está portando muy extraño esta mañana, le dije que en el parque tuve un problema con un muchacho y se ha puesto como loco! Me dijo que me alejara de él pero no quiere decirme las razones y me está matando la curiosidad papá! Tú sabes que no podré dormir si no me dice- okay exageré.
-Haley conozco a tu hermano al igual que tú y ambos sabemos que tendrá buenas razones para pedirte tal cosa, pero si te hace sentir más tranquila, después hablaré con él.
-Me parece Justo- en realidad no esperaba menos, tal vez pueda espiarlos cuando hablen, seguramente papá llevaría a James a su estudio, tiende a hablar las cosas "importantes y serias" ahí..

Después de un pequeño y cómodo desayuno con mi padre el resto del día transcurrió de la manera más normal posible. Después de conocer un poco mejor a cada empleado de la casa y de dar un recorrido muy quisquilloso por cada rincón, caí rendida de cansancio en mi nueva habitación.
Antes de tomar una larga y merecida siesta, me dispuse a marcarle a mamá y preguntarle qué tan loco había sido su día sin mi. Lloramos juntas porque nos extrañábamos pero me prometió que en cuanto tuviera más dinero vendría a visitarme y eso fue suficiente para dormir con una sonrisa en el rostro y lista para comenzar una nueva vida aquí.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2019 ⏰

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