PRELUDIO.

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ÉL ya ha llegado...

Escucho el sonido del auto frenando severamente, me levanto de la cama y cierro mi puerta con pestillo y vuelvo y me lanzo en la cama, me arropo con los edredones y aprieto la punta con la misma fuerza e intensidad de mi miedo.

Mi corazón asustado no deja que me concentre, cierro los ojos tratando se simular que duermo, pero los latidos desbocado de mi corazón son tan fuertes que me duelen.

—Que no entre a mi habitación, por favor—Repito incansablemente en mi mente, convenciéndome de que de alguna manera se cumplirá.

—¡ECCLESIA!—Grita desde abajo.

Cierro los ojos con fuerza, el miedo me invade con brusquedad y sin piedad, siento las gotas gordas de sudor deslizándose por mis sienes

—Maldición Ecclesia ¿Donde estas?—Su llamado se escucha mas cerca—Abre la maldita puerta—Su voz cargada de molestia y odio invade mis oídos paralizándome la sangre.

Aprieto con mucho mas fuerza el borde de mis sabanas, sin dejar atrás el terror cubriendo mi cuerpo, mi alma, todo mi ser.

Eso es lo que pasa cuando vives sola con tu hermanastro drogadicto y alcoholizo. Una muy buena combinación.

Mueve el manuveo de la puerta con rapidez y fuerza, escucho como gruñe de cansancio. Entonces es ahí cuando escucho el estruendo de la puerta cayendo al piso toda desparramada.

—Aqui estas—Reconoce con malicia al verme, me quedo inmóvil, respirando pausadamente y así crea que estoy dormida—Ya se que no estas dormida—Observo por el rabillo del ojos como se deshace de su ropa.

No por favor... No otra vez.

Tira de mis edredones descubriendo mi cuerpo cubierto por una simple pijama, las lagrimas comienzan a salir de mis ojos y correr incansablemente por mis mejillas, empapando mi cuello y parte de mi cabello rojizo hecho un desastre. Me hago un ovillo con tal de que no me toque.

—No me lo pongas difícil, Ecclesia. ya sabes lo que ocurre cuando me molesto.—Advierte deshaciéndose de mi pijama, descubriendo mis pechos.

Comienza a besarlos y chuparlo con rapidez, cierro los ojos por el asco que siento en estos momentos. Me siento y soy tan vulnerable que ya no se ni que hacer.

Sin pensarlo mucho me quita el pantalon y mis braguitas de dormir, observa mi cuerpo palido y desnudo con cierta admiración. Adentra sus dedos en mi vagina y me retuerzo del dolor que me causa. no entiendo como no siente ningún tipo de piedad o remordimiento.

Los mueve dentro de mi con tanta rapidez que provoca un fuerte ardor en mis paredes vaginales. Saca sus dedos y los lames y vuelve y los introduce. Las lagrimas no cesan y cada vez son mas pues mi indignación y dolor crecen a cada segundo.

Deja de realizar su acción y se coloca el maldito condon, cierro los ojos pues ya es obvio lo que viene. Pero esto pronto acabara, todo acabará.

Cierro los ojos y me designo a esperar que todo pase...

***

El asco y le sensación de sentirme sucia y miserable me invaden. El toma el resto de su ropa y sale contento de mi habitación. Ahora no tengo puerta. Comienzo a sollozar  sin poder evitarlo, no quiero pararlo pero tampoco puedo. No hay ninguna manera de poder parar estos pensamientos, estas sensaciones asquerosas y he intentado muchas cosas.

Yo tan solo tengo 17 años, ya no quiero tener esta vida, cargar con todo este peso. El me observa, me sigue a todos lados y siempre me impide tener realizar alguna acción que me salve de esto, ya no puedo con esto.

Estoy cansada, exahusta de vivir en esta forma, ya son 3 meses de constantes abusos, la excusa de la menstruación ya no me sirve pues el tiene el control de muchas cosas en mi vida, tan solo faltan 3 meses mas para que mis padres vuelvan y no creo poder soportarlo.

Y todo esto lo pienso mientras el agua muy fría recorre mi cuerpo asqueroso y miserable, trato de borrar cualquier rastro de el en mi cuerpo, solo en mi cuerpo porque en mi mente no puedo.

Termino de ducharme y me visto con uno de mis muchos abrigos pero esta vez de color negro. Salgo de la habitación y busco sus presencia con la vista pero me percato de que se está duchando.

Reuno todo el valor que aun queda en mi y me dedico a correr hacia la puerta y así salir de la casa, corro con suma rapidez hacia el lugar donde he planeado esto desde hace mucho tiempo.

Mis lagrimas corren por mis mejillas repleta de pecas. Me dirijo hacia el famoso puente de la cuidad que evita que los autos y personas no caigan al rio bastante profundo.

Todo el dolor que emana mi cuerpo y mi mente me exige que haga una sola cosa y eso haré. Dejo de correr y permito que mis pulmones ardientes reciban aire, aire puro, aire libre. Me acerco hacía aquel puente y mientras lo hago pienso lo que estoy apunto de hacer.

Cruzo la barra de seguridad que impide que las personas caigan al rio y me quedo en una especie de orilla sobrante, mirando hacía aquel rio, oscuro y tenebroso. Me quedo estatica aun agarrada de las barandillas para no caer antes de tiempo.

Los recuerdos felices de mi infancia invaden mi mente. Mi madre y yo comiendo helado, en el parque. Luego llego el padre de ese monstruo, los pensamiento lindos se esfuman y los arropan los malditos recuerdos que ya no quiero ni pensar en ellos.

Cierro los ojos con fuerza y me voy soltando lentamente de la barandilla.

Espero que no duela...


***

Hola! Bienvenidos a mi nueva historia espero que les guste. Prometo que esta no será tan... tan yo. Es decir tendrá un romance mas lindo de lo que acostumbro a escribir.

En fin no me voy adelantar... espero que le guste tanto como a mi, estoy muy emocionada ya saben.

Con amor y dramatismo...

Flofilaoveja.

Imagen de la protagonista. Ecclesia Eikon.

Un Salto A La Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora