Capítulo 1.- El comienzo

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Durante los 2 meses que he estado en la escuela, puedo decir que tengo una buena relación con las personas de mi aula. Cada vez me llevo mejor con todos, aunque Elvira, Andrea y yo estamos cada vez más juntas.

Mi grupo de amigas y yo habíamos estado esperando a que fuera Octubre, ya que en ese mes sería la fiesta de Berenice, realmente me llevaba muy bien con todas, ya tenía bastante confianza como para ser yo misma, no haría todo lo que normalmente hago, pero si podía hacer la mayoría.

Era el día de la fiesta, y Elvira propuso que Andrea y yo fuéramos a su casa para alistarnos ahí, ya que su mamá tenía una estética y podía maquillarnos y peinarnos, además nos invitó a quedarnos a dormir en su casa, hasta nos iríamos juntas a la fiesta y de regreso a su casa. Sin embargo, Andrea no se quedaría a dormir, porque el día siguiente era cumpleaños de un familiar suyo.
Mis papás son las mejores personas que tengo en mi vida, y en esos casos sobre salidas, nunca me han prohibido nada, pero sí me dicen lo que está bien y lo que está mal. También siempre han dejado que salga con amigos, que salga sola, y sinceramente agradezco todo eso. Sí nunca hubiera salido por mi propia cuenta, no conocería nada, y estaría perdida el día que salga sola. La única condición que tenemos es que siempre avise donde me encuentro, así ellos están seguros.

Me dejaron quedarme en casa de Elvira sin nunca haber ido. Andrea y yo dejamos nuestras cosas para cambiarnos en el cuarto de Elvira y su mamá nos habló para empezar a arreglarnos.
Por lo general, a mi casi no me gusta maquillarme demasiado, me gusta algo más sutil, más natural, pero esa vez, la mamá de Elvira, me maquilló con una sombra azul fuerte, muy fuerte la verdad, hacia que mis ojos se notaran más grandes de lo que ya son.
Cuando terminaron de maquillarme, Andrea y Elvira se me quedaron viendo, algo impresionadas o asustadas.

-Te miras muy linda- Dijo Elvira.

-Eso iba a decir yo- Respondió Andrea.

Las 3 reímos y luego agradecí al comentario de ellas.

Eran las 8:30 p.m. y aún faltaba Elvira de cambiarse.
La fiesta empezaba a las 8:00 p.m. y Berenice nos dijo que llegáramos más temprano, por ende, íbamos muy tarde.
Al fin de cuentas, llegamos casi a las 9, pasarían por nosotras a la 1.
Saludamos a Berenice, le dijimos lo bonita que se miraba y nos dijo donde nos sentaramos. En el lugar que nos dio, habían otros compañeros de clase. Con la mayoría me llevaba bien, así que me sentía cómoda estando ahí.

Estuvimos un rato sentados, hasta que alguien, por un micrófono habló.

-Buenas noches, espero que estén disfrutando esta fiesta, la noche de Berenice. Les pido a todos que por favor, pasen al centro, para ver a Berenice bailar su vals-.

Todos, absolutamente todos los que estábamos en la mesa, nos pusimos de pie y fuimos a ver a Berenice bailar.
Berenice tenía un vestido rosa pastel largo, llevaba el cabello ondulado y algo recogido. Estaba viendo como bailaba, cuando un muchacho pasó por mi lado y me empujó.

-Perdón, sólo quería pasar-. Dijo él.

-No hay problema-. Respondí. El chico se quedó justo en frente de mi, pero en unas escaleras. Me pareció realmente lindo, muy lindo, nunca me había llamado la atención un muchacho tan rápido y con esas facciones.

Parecía de mi edad, era un poco más alto que yo, tenía ojos grandes y obscuros, al igual que su cabello que era realmente obscuro, tenía unas cejas muy gruesas, labios grandes, tenía pestañas largas y negras.

Desde ahí, estuve mirándolo a él y no a Berenice. Jamás pensé que al ver un muchacho por primera vez, sentiría lo que sentí. Muchas personas dicen que el amor a primera vista existe.
Esta es mi opinión.
Puedes quedar realmente impresionada por la belleza que alguien tiene, sin embargo no creo que sientas algo como amor, simplemente porque no conoces a la persona.
Las veces que había sentido atracción por alguien, era porque realmente los conocía bien, pero esta vez, no era así. A pesar de que tuviera esa opinión sobre el amor a primera vista, siento que esa vez, mi perspectiva cambió.
No digo que lo que sentí cuando lo vi fue amor, pero tampoco voy a negar que no sentí algo.

La fiesta continuaba y todos estábamos bailando, hasta el muchacho que chocó conmigo.
La estaba pasando muy bien, pero después fijé mi mirada en el muchacho que llamó mi atención y vi que estaba bailando con Berenice.

No comprendí lo que sentí. Me sentí celosa de que él estuviera bailando con Berenice, aunque no tenía porque estarlo, NI SIQUIERA LO CONOCÍA.
Pero en parte me alegró la idea de que conociera a Berenice, pues podría preguntarle cosas sobre él.
¿Qué me pasa? No puedo sentir nada por alguien que no conozco, sólo lo he visto una vez, y ni siquiera tuvimos una conversación de verdad.
Me di cuenta de que Elvira y Andrea también conocían a ese muchacho, y tenía la intriga de saber como es que ellas lo conocían.

Después de bailar, decidimos ir Andrea, Elvira y yo ir a fuera, ya que queríamos refrescarnos un poco.
Cuando estábamos fuera, nos dimos cuenta de que habían muchas más personas de nuestra edad ahí mismo.
Estábamos platicando, entonces decidí preguntarles a ellas sobre el muchacho que había llamado mi atención.

-Ustedes conocen al muchacho de allá, ¿cierto?- Señalé al chico.

-Si, iba en la escuela con nosotros, sólo que él ya está en preparatoria, acaba de pasar, se llama Valentín- Respondió Elvira.
Jamás había conocido a alguien con ese nombre, si lo había escuchado, en novelas de mis cantantes favoritos, pero no en la vida real. Sentí que el chico era realmente interesante.

-¿Por qué la pregunta? ¿Te gustó?- Me dijo Andrea.

-No, simplemente se me hizo algo lindo- Le respondí. No iba a decirle todo lo que sentí.

Continuamos platicando, cuando de repente llega Valentín.
Empezó a hablar con Elvira y con Andrea, y yo sólo los miraba. Tenía que admitir que Valentín tenía una voz gruesa, pero no de esas exageradas, si no grave pero que transmitía tranquilidad.

-¿Eres amiga de Berenice?- Me habló Valentín con su voz amable.

>Me habló, oh Dios mío, me habló<.

-Si, acabo de entrar a la misma escuela donde ella- Le respondí.
Quería seguir hablando y tener una conversación de verdad, pero llegó Berenice.

-Vamos a bailar- Nos dijo a todos.

Todos accedimos y comenzamos a bailar de nuevo.
Definitivamente tenía que conocer a ese tal Valentín

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