Kingdom's Chronicle II

62 9 1
                                    

           

- ¿Qué sucede? - pregunté extrañada.

- Sakura... - susurró él, tímidamente. Entonces, sacó una pequeña caja y dijo -: ¿Te gustaría ser mi esposa?

La emoción que sentí en ese momento fue tanta que solo pensé en arrojarme en sus brazos.

- Por supuesto que sí, Lee, me casaré contigo - accedí al momento que nuestras mejillas se encendían.

- ¿Princesa Sakura? - escuché a Edda. Luego volví a la realidad.

Me encontraba en mi habitación, un tanto más pequeña que la tenía en mi castillo.

- ¿Edda? Perdón, ¿me decías algo? - contesté con gran pesar.

- Ya deja de pensar en él, princesa. No te hace bien.

Me sorprendí por lo bien que me conocía, aunque eso me generaba tristeza.

- Es solo que... Ahora que ya puedo recordar todo, no quiero dejar de hacerlo - expliqué con la vista en el vacío.

- Lo entiendo, pero entiende, no puedes vivir en el pasado. Si sigues así, no podrás dejarlo ir.

- Pero yo no quiero dejarlo ir - me levanté algo cansada, pues Edda ya había tocado ese tema desde hace mucho antes. Salí del cuarto y me dirigí al campo de entrenamiento, que en realidad era un antiguo sembradío de maíz.

Ya había pasado cerca de tres años desde la muerte de Lee. Edda y yo llegamos aquí y desde entonces los aldeanos que escaparon del palacio se nos unieron. Ahora formábamos otra aldea, un pueblo totalmente distinto, donde la mayoría era experta en alguna disciplina bélica. En mi caso, yo aprendí artes marciales, pelea de espadas y arquería. Sabía defenderme sola, y de hecho tenía la mejor puntería de la aldea.

Pero, ¿por qué? ¿Para qué hacíamos esto? Para que un día seamos capaces de derrotar a la bruja y recuperáramos nuestro reino. Particularmente yo quería encargarme de la bruja. Ansiaba vengar a Lee.

Mi vida ha cambiado. Antes de todo, solía ser una princesa más, sin nada especial más que su belleza. Actualmente ni siquiera me considero de la realiza. Soy una campesina más, junto a mis hombres.

En el campo, supervisé algunas prácticas y saludé a cuantos encontraba en mi camino. Eso me ayudaba a distraerme un poco de mis recuerdos con Lee.

- Sakura, ¿qué haces despierta todavía? Deberías estar durmiendo - se acercó Ray, uno de los aldeanos que podía luchar tan bien como yo. La gente del pueblo, incluyendo a Edda, decía que él estaba enamorado de mí, pero yo no lo creía así. Mientras él no se atreviera a proponerme algo, éramos solo amigos. Además, ya había tenido al amor de mi vida. Lee. Con él había sido feliz. No tenía interés alguno en tener otra relación con alguien más.

- Hola, Ray - saludé sin detenerme -. No podía dormir, así que salí a tomar un poco de aire fresco.

- Está bien. Justo acababa de entrenar a un grupo de espadachines. Creo que ya están listos para el gran combate - informó animado.

- Genial, porque ese combate será dentro de unos días - informé.

- ¿En serio? ¿Por qué tan de pronto?

- Fíjate, mira - señalé en dirección al castillo de la bruja, el mismo que antes habitaba yo. Estaba rodeado de humo, se escuchaban armaduras sonar -. Están preparándose para venir acá por sorpresa.

- ¿Cómo lo sabes? - insistió Ray.

- Solo lo sé. Tengo un presentimiento, y ya sabes que la mayoría de mis presentimientos se vuelven realidad.

- De ser así, será mejor que toque la campana y empecemos a alistarnos. No podemos dejar que nos derroten antes de iniciar la ofensiva.

Sonreí y afirmé con la cabeza. Ray nunca me discutía mucho, por eso lo consideraba mi mano derecha. Mientras él se iba a dar la señal de la inminente guerra, mi cuerpo se llenó de adrenalina. En mi mente planeaba diversas estrategias para ver cuál sería más eficaz bajo esas circunstancias. Tenía que aprovechar el elemento sorpresa.

Notas de la autora: Finalmente continúo este fanfic. La extensión es más o menos la misma que la primera parte. Esta historia la escribí hace años, cuando estaba en colegio. Se me hace lindo compartir lo que pasaba por mi imaginación en ese entonces. Gracias por seguir leyendo.

Kingdom's ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora