Prólogo

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-¡Harumi! -Gritaba una muchacha de cabello negro y mechas moradas desde la calle -¡vamos a llegar tarde!
Entonces una cortina de cabello castaño surgió de una ventana y emitió un grito:
-¡Ya voy! ¡Tengo que peinarme!
Momentos después la muchacha que gritaba desde la calle giró una esquina y vio a un joven de cabello rojo claro apoyado contra el muro que rodeaba la casa de su amiga:
-Oh, hola Yutaro -saludó ella cordialmente.
-Vaya, nuestra bailarina favorita ha llegado -Respondió él mientras una sonrisa carismática enmarcaba su rostro.
-¿No me has oido gritarle a tu hermana?
-Pues claro que te he oído, estoy seguro de que en India te han oído también, Yuna.
Yuna respondió a su amigo dándole un golpe en el hombro, este fingió dolor por un segundo y entonces ambos estallaron en una sonora carcajada.
Era algo normal en ellos; hacer como que se llevaban mal. Siempre habían actuado de esa forma, pero en el fondo se querían tanto como cualquiera querría a un hermano.
En medio de aquel momento de alegría, Yutaro y Yuna escucharon un ruido en la puerta de la casa de él y entonces un grito de dolor llegó a sus oídos. Los dos se miraron y supieron que pensaban lo mismo: Harumi se habría tropezado al ponerse los zapatos:
-Voy yo -Dijo Yuna antes de comenzar a caminar en dirección a la puerta, no sin antes pedir las llaves a su amigo.
Cuando abrió se encontró con Harumi tirada de bruces en el suelo, un zapato a medio poner y el otro perfectamente colocado en su pie derecho. A veces todos, incluso la propia Harumi, se preguntaban cómo podía ser tan torpe, sin embargo ese sería un misterio que se escaparía a la humanidad:
-¿Estás bien? -La voz preocupada de Yutaro comenzó a escucharse más alta a medida que se acercaba a las dos muchachas en la puerta.
-Si -Dijo Harumi incorporándose, quedando de rodillas frente a Yuna, la cual llevaba varios segundos con la mano extendida en silencio.
-Un día de estos vas a matarnos del susto Min-chan -dijo Yuna mientras negaba con la cabeza, pequeños mechones de cabello escapando de su trenza, la cual se habría hecho de camino a la casa de sus amigos.
-Lo siento Yu-chan, Taro-Taro...
La muchacha agachó la cabeza en signo de vergüenza y su hermano revolvió su cabello que para sorpresa del resto, seguía suelto.
-¿No ibas a peinarte? -Dijo Yuna con el ceño fruncido
-Oh, si, he desenredado los nudos, pero no soy capaz de conseguir que la coleta quede bien -Harumi señaló a su muñeca y tanto Yuna como Yutaro vieron una goma elástica para el cabello en ella seguida por una tira de seda para hacer lazos -¿quien se encarga de la coleta y quien del lazo?
-No pienso hacer lacitos, te lo dejo a ti chico mariposa -Dijo Yuna lanzándose a por la goma.
Antes de que Yutaro pudiera contestar, Yuna ya estaba atando el cabello de Harumi, así que simplemente se conformó con matarla con la mirada mientras comenzaba a atar la tira de seda al rededor de la coleta, para a continuación ponerse en marcha hacia su inminente destino.
Desde fuera, parecían un grupo de amigos perfectamente normal, sin embargo había algo que los hacía diferentes, igual que al 90% de la población en aquellos momentos, y eso era que todos ellos tenían singularidades. En aquella época, era algo normal nacer con poderes, pero querer convertirse en héroe era algo bastante poco común. No todos querían arriesgar sus vidas, era totalmente comprensible. Sin embargo esos tres... Habrían dado todo y más por ayudar a otras personas, por eso estaban ahí en ese momento, de camino a las pruebas para acceder al curso de héroes de la academia más prestigiosa del mundo, la UA:
-No entiendo por que te empeñas en hacer la prueba, Yu-chan -dijo entonces Harumi, que de repente se había puesto seria -, quiero decir, tu padre trabaja allí, el sabe que eres genial.
-Para empezar, Shota no es mi padre, solo cuida de mi y me entrena, y él me dijo que me darían plaza en la academia sin hacer la prueba pero no me parece justo. En mi opinión, debería tener las mismas oportunidades que el resto de los que participen, no soy más que nadie.
Los hermanos se quedaron mirando a Yuna, que había dejado de mirarlos para dirigir su mirada al suelo. Cada vez que se hablaba de algo de su familia, pasaba algo similar, se encerraba en si misma y lo cubría todo con una capa de fría indiferencia, aunque no era así, nunca era así. En el fondo tanto Harumi como Yutaro sabían que sufría por la ausencia de sus padres, aunque ella nunca hablaba de su familia, por lo menos sabían que sus padres estaban vivos y que la habían abandonado. No eran capaces de entender por que. Pero al menos, con Shota era feliz, y eso es lo que importaba. Los hermanos se miraron con complicidad. Estaban a punto de cruzar la puerta de la academia cuando corrieron en dirección a Yuna para lanzarse sobre ella a abrazarla y gritar:
-¡Sonríe más Yu-chan, que vamos a convertirnos en súper héroes!

Yyyyyy hasta aquí el prólogo de esta historia.
Quiero dar las gracias a mi Parabatai Leonidas17 ya que junto a ella será con quien haré este fanfic, que espero os esté gustando. Esto solo ha sido el prólogo pero espero que disfrutéis de él tanto como yo disfruté escribiéndolo. Como podréis ver, hay personajes creados por nosotras, ¿que os parecen de momento? Por favor dejadme saber en los comentarios. Si os ha gustado y queréis leer más no olvidéis dejar un voto para saber que os está gustando.
Hasta pronto queridos, espero que volvamos a vernos pronto.
-Ronnie xoxo

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