A VECES

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A veces, solo a veces, lo necesitamos.

Necesitamos tan solo uno.

Uno largo, intenso, cálido.

A veces, solo a veces necesitamos un abrazo.

Un abrazo, que aunque efímero, su recuerdo perdure eterno.

Un abrazo que, a veces, solo a veces, nos hace darnos cuenta de muchas cosas que queríamos ignorar.

Bien por orgullo. Bien por dolor.

Un abrazo que, sin quererlo, nos hace darnos cuenta de cuanto habíamos echado de menos a esa persona.

Y que, aunque no lo podamos expresar en palabras, anhelamos ese pequeño contacto que nos hace retroceder.

Retroceder hasta ese momento donde eramos algo más que desconocidos con recuerdos en común.

Ese momento del cual ahora, en este instante, solo queda eso, el recuerdo.

Un recuerdo evocado por este abrazo que a veces, solo a veces, necesitamos para avanzar.

Una mirada a mi UniversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora