El otro lado de aquel pequeño infinito.

Capitulo I "Primer semana"

Estaba a punto de entrar, eran las 12 antes de salir de casa, aproveche que iba con tiempo para comer un poco, bueno, realmente bastante, después pase al baño, limpie mi nariz y boca, era el primer día y había que ir más presentable que nunca, salí de casa con audífonos en un reproductor de música, de aquellos chinos super básicos, mi celular lo había estrellado mi novia y dejó de funcionar un tiempo después, entonces necesitaba distraerme y la música siempre me ha acompañado...

Después de una hora y media de viaje logré salir del metro, vaya lío en el transbordo de estaciones, no podía estar ahí cada día, pasó por mi cabeza, salí y gracias al destino mi madre había decidido llevarme un día antes para que supiera llegar y también para hacer mi papeleo.
Llegué a la escuela, vaya, no me podía creer que a pesar de que todos estaban en contra mío diciendo que jamás entraría al "Instituto Politécnico Nacional" con mi promedio de 7.6, vaya, solo me queda restregarles que una calificación no define la inteligencia de una persona, pero eso sería después, entre a la escuela y ví a todos formados en la papelería, "fuck, que hago", pasó por mi mente, así que pregunte, "¿Para que estan formados?", Y dos chicos me respondieron, "Para comprar un horario", no me quedaba de otra que formarme y ya hecho me busque dinero en cada bolsa, pero por suerte recordé que traía dinero en la mochila, oh esa mochila, acompañándome ya por 3 años y no por una mala economía pero para mí siempre ha sido perfecta...
Saque 50 pesos y el chico de adelante volteo, me dijo "no inventes, vas a pagar una hoja de 50 centavos con un billete de 50 pesos", se rio y me dio un peso, le agradecí y le pregunté por su grupo, me dijo 1IV14 ("V" por vespertino), fue gracioso porque yo iba al mismo grupo, se lo dije y el saco mi horario por mi, me lo dió y fuimos a buscar el salón, "109" para que nos dieran historia, no había nadie en el salón, ni la maestra, bajamos al salón 9 y ahí estaba el grupo conformado por ¿30 personas?, Al menos hasta ese momento, a lo que dieron 2:10, ya lo sabíamos por hora libre ya que la profesora no llegaba y se acercó el prefecto y nos dijo "su maestra los está esperando en el 7, hubo un error (más) en los horarios y salones", pocos decidimos ir a clase, más o menos unos 5, el resto tomo clase libre, yo, queriendo salir bien entre a clase, la maestra es súper buena onda y como estaba lloviendo nos dió un tema rápido de unos 20 minutos aprox. Y nos dijo "Es un gusto tenerlos aquí y estar con ustedes chicos, me alegra ser su maestra, esto es todo por hoy, yo me retiro y creo que deberían hacer lo mismo" entre risas...
Para la última hora ya había 4 grupos distintos.
Los típicos odiosos, conformados por chicos de 17 años que no habían pasado u habían perdido años.
Los cerebrito, que eran molestados por los primeros.
Los "Gamers", que se la pasaban hablando de videojuegos, anime y esas cosas...
Y el mío, los "promedio"
No muy desmadrosos pero tampoco cerebrito, solo que nosotros sabíamos en qué momento hacer relajo, entre mis "amigos de ahora" estaban; el gran Dextro (se llamaba Yetro y lo apoyamos así por el jarabe Dextrometrorfano), el "Compañero" porque a todos les decía así, Alicia, la típica chica en un grupo de hombres y Jorge, después de mi, el alma del grupo.

Pasaron los días y cada vez era más desastre en el salón, para el cuarto día ya éramos el peor grupo del turno, pero aún así nos daba más que igual, yo, realmente me sentía inconforme, no podía creer que en aquella institución permitieran tanto desastre así que como ya lo tenía planeado, pedí un cambio al turno de la mañana, a lo que me respondieron; "pase mañana por su respuesta"...

Ya viernes, al fin iba a descansar de tanto ruido, no sabía si podría ser mi último día en ese turno así que ya encariñado con mis amigos me despedí diciéndoles eso mismo, que los quería y que no me iba a olvidar de ellos.

Pase por mi respuesta, estaba nervioso por un "no", "yo quiero salir adelante" pense, me dieron una hoja, en la que se me permitía el cambio de turno.
Me sentí increíble pero también mal por mis amigos, llegué al salón y les conté, todos me dieron el enhorabuena, pero no tan buena, me estaba dando cuenta que el grupo de los fastidiosos se nos estaba uniendo y si, al final del día ya eran uno, que jodido se iba a poner todo, pero bueno, por suerte ya me iba...

Un fin de semana relajante pero estresante porque el lunes debía comenzar de 0...

¿Que me esperaba?