01 첫 만남

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su turno como barista había empezado hacía más o menos una hora, pero desde que entró a la barra solo se pudieron ver a dos personas en el café, y francamente empezaba a aburrirse.

sabía muy bien que era culpa de la gran tormenta que tenía lugar fuera, pero no podía evitar preguntarse por qué tenía que ocurrir en ese momento.

la mayoría de personas pensaría que en realidad esa era una buena situación, y que mark tendría un buen rato libre y sin tareas, puesto que el lugar estaba vacío. pero para él, esos eran de hecho, los peores momentos de la jornada.

a mark le cansaba estar parado en un solo lugar, sin poder hacer nada; era aburrido e incluso estresante, así que él prefería que la cafetería esté llena, con clientes solicitando sus servicios.

levantó la mirada del mostrador cuando el sonido de la campanilla retumbó en el silencio que había en aquel lugar y vio a un chico más o menos de su edad dejar con tranquilidad un paraguas en su respectivo puesto y acercarse a él, con paciencia y sacando de su bolsillo lo que mark supuso era un monedero.

pudo sentir un cosquilleo en su estómago cuando aquel cliente finalmente llegó a la barra, buscó en su portamonedas con una mueca de confusión sumada a un -muy adorable- puchero, y levantó la mirada hacia él.

"¿qué podría comprar con noventa y cuatro céntimos?" preguntó apenado, casi suplicando con su voz que pudiera conseguir algo que lo calentara después de estar bajo tal lluvia.

y el corazón del barista empezó a latir con fuerza, sin dejarlo siquiera guardarse su rubor para él mismo ante aquella acción.

soltó una leve risotada, casi inaudible, pero que todavía llegó a los oídos del otro, haciendo teñir a su morena piel en una leve tono rosado.

"puedes tomar lo que quieras" respondió mark sin borrar todavía la sonrisa "invita la casa."

el asiduo sorprendido negó con la cabeza, recibiendo solamente la insistencia del amable trabajador, para acabar aceptando y dando su orden tras unos minutos de reproche, y sentarse unos asientos más atrás, todavía estando en la barra.

mientras, mark preparaba el pedido -una taza de café con leche; el café solo era muy amargo-, observando no tan disimuladamente en dirección al joven cliente, viendo cómo sacaba de su mochila un cuaderno un lápiz y empezaba a hacer leves trazos en el papel mientras se mordía los labios.

y tal vez sintió algo volar en su estómago, dejando libre una sonrisa que escapó sin querer.

(...)

la tormenta había cesado y los pocos clientes que habían estado resguardándose de la lluvia empezaban a abandonar el local.

mark miró hacia la puerta, que se abría y cerraba una y otra vez, la campanilla todavía haciéndose notar.

el chico todavía no se había ido, notó, y eso, aunque pudiera sonar algo estúpido, hizo sentir menos solo a mark, y tal vez un poco feliz.

sin embargo, eso se esfumó en cuanto, de repente, un fuerte estruendo irrumpió en el lugar, interrumpiendo sus pensamientos y haciéndolo levantar la mirada hacia la silla situada a unos pocos centímetros de él, solo para encontrarse con el desconocido recogiendo sus cosas, preparándose para marchar.

mark, ahora invadido por el sentimiento de que quizás nunca vuelva a verlo -era lo más probable, al fin y al cabo-, hizo una mueca de disgusto. 

él era demasiado tímido como para si quiera hablarle, y aunque no quisiera, solo le quedaba observarlo dirigirse a la puerta, coger de vuelta su paraguas, y salir del local.

la campanilla volvió a sonar, esta vez siendo su última campanada, y mark se quedó completamente solo.

suspiró sin ánimo y empezó a recoger las mesas.

sabía que había perdido la oportunidad de conocer a alguien, alguien que quizá le feliz. había perdido la oportunidad de obtener un amigo, o quizá algo más. pero ya no había nada que hacer.

o al menos eso pensaba.

porque cuando fue a recoger el lugar donde el chico había estado, se encontró con un papel.

con una cara de sorpresa lo tomó, no queriendo intervenir en las cosas del otro chico, quien al parecer se había olvidado de coger aquel papel al marchar.

pero entonces un rubor cubrió sus mejillas al ver en él unos leves trazos a lápiz de lo que parecía ser él preparando café, y debajo, con una pulcra caligrafía, una nota.

"gracias por la invitación, el café estaba delicioso.

-donghyuck."

y una sonrisa se formó en su -bastante enrojecido- rostro.





como lo prometido es deuda, aquí tiene el primer capítulo, uf.

ojalá les guste,,, <3

no quiero alargar esto, pero ¿vieron los in my feeling challenge? debería ser ilegal que hagan que mi corazón revolotee de esa manera, uf. lee donghyuck, mark lee, chittaphon leechaiyapornkul, john seo, ¿quieren matarme? 

gracias por leer. <3

ninety four cents. || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora