Vuélveme a decir tu nombre

Prologo

Oliver estaba desesperado su esposa estaba cada vez peor, desde el nacimiento de su hija Emma algo estaba distinto en ella, perecía como si no quisiera a la niña, a pesar de haber nacido en perfectas condiciones la pequeña necesitaba leche materna para tener los nutrientes necesarios para crecer, en ese tiempo no era muy común pedir una nodriza pero Oliver tuvo que hacerlo, pues la madre no quería ni ver a la pequeña. Justo en ese momento Oliver tenia en las manos la carta en la que ella decía que se iba, para no volver que no la buscara y que no quería tener que ver en nada con la bebe, en el mismo sobre también venían los papeles de divorcio los cuales ya estaban firmados por ella y el solo tenia que entregárselos a su abogado sin tener que verla a ella en un parque en tres días.

En ellos se especificaba que toda la custodia de la niña iba al padre y que su segundo apellido desaparecía, ella no pedía ningún dinero y tampoco visitas a la pequeña, ella simple y sencillamente quería el divorcio. No peleaba por ninguna pertenencia, tampoco la custodia; nada. Oliver estaba asustado, su pequeña solo tenia 9 meses de nacida no se sentía capaz de cuidarla solo a Emma ademas esa casa no le recordaba buenas experiencias; a Oliver no le importaba en lo absoluto que se hubiera divorciado, de hecho ahora que lo pensaba solo se había casado con ella por el parecido que tenia con el, la chica tenia un hermoso pelo rizado color chocolate, unos ojos color verde/avellana, piel pálida y con pequeñas pecas en el cuerpo y una nariz pequeña pero respingada, básicamente una versión de Elio en mujer, nunca le gusto su casa de hecho por alguno extraña razón le recordaba mucho a Elio, lo que lo hacia sentir miserable, solo cuando llego su hija a este mundo logro ser feliz pero desgraciadamente no le duro pues su "amada ex-esposa" no quería ver a Emma ni en pintura. Sin pensarlo mucho mas lo decidió; se irían a vivir a Italia, permanentemente.