¿Ser Chica Es Facil?

Cero

Bonnie Clayton

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Bonnie iba apurada por los pasillos de su universidad, empujando a varias personas por su camino, lo cual no le importaba con tal de llegar temprano a su apartamento.

Se supone que cenaría con su mejor amigo en un restaurante pero primero acordaron verse en casa, lo malo es que había tenido que hablar con un profesor sobre un proyecto y no se dio cuenta de que se le hizo tarde.

Varios estudiantes se dirigían a los dormitorios, otros salían del campus y otros se quedaban. Sin duda su universidad era buena y muy bonita al ojo.

Al salir del campus un chico de cabello castaño bloqueo su paso.

-Hey, Bonnie - él estaba frente a ella saludando con la mano.

-Si hola, Dan- Movía su pie desesperada rezando para que esa interrupción fuera rápida.

-Estaba pensando que tal vez - se quedo en silencio un momento. Bonnie movió la mano indicando que siguiera hablando - Creoquemeenamoreynecesitohablardeeso - La castaña lo miro confundida y enojada al mismo tiempo.

-Escribeme un mensaje mas tarde, me tengo que ir - salio casi corriendo hasta llegar a su apartamento - Hola Larry - saludo al portero del edificio.

-Buenas tardes, señorita, su amigo se acaba de ir - dijo amable haciendo que Bonnie casi se cayera.

No la espero, se fue. Subió rápido las escaleras hasta llegar a la puerta de su apartamento. Saco la llave de su bolsillo y después de varios intentos por fin pudo meter la llave en la cerradura y abrir la puerta.

Todo estaba en silencio, la típica musica que se escucha cada vez que vuelve de la escuela no estaba, osea él tampoco.

Se tiro al sofá y saco su celular del bolso. No iba a dejar esto así, le enviaría un mensaje.

-Bruce, te veo en el restaurante de siempre. Por favor no empieces a coquetear como idiota con la mesera - trato de darle un poco de gracia, sabia que estaba enojado y eso tal vez lo alegre un poco.

Se fue a la cocina y lleno un vaso con agua, dejo el vaso en la isla y busco una pastilla para el dolor de cabeza entre los cajones de las repisas.

Su celular vibro en su bolsillo y un pequeño sonido de lobo se escucho, eso significaba un mensaje.

-Muy tarde, apuesto a que esta vez cae en mis encantos. Ven rápido, un hombre raro lleva mirándome desde que llegue.

Soltó una risa y respondió

-Llego en cinco - dejo su celular en la encimera y siguió buscando la pastilla hasta por fin encontrarla.

La tomo con el vaso de agua, guardo el celular en el bolsillo. Fue al baño a maquillarse un poco. Tomo su bolso y salio cerrando con llave.

-Nos vemos mas tarde, Larry - se despidió la castaña sonriendo y se perdió entre el resto de la gente que caminaba por las enormes calles de New York.

-Algún día terminaran juntos - susurro Larry antes de abrirle la puerta a una mujer que entraba con su hijo al edificio.