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El sol salía lentamente en el horizonte. Una lechuza cruzaba el cielo con una carta en el pico. El vuelo había sido largo pero ya casi llegaba a su destino. Se detuvo un momento en un bebedero para hidratarse y respirar tranquila. Metió las patas al agua y emprendió de nuevo el vuelo. Cinco minutos más de viaje y podría dormir un poco.

Un destello verde impactó en el ave y esta cayó muerta al instante. Un hombre vestido de negro se acercó, miró a la lechuza, tomó la carta e hizo a un lado el cadáver con el píe. Su mirada se clavó en el trozo de pergamino, lo desenrrolló y el semblante sereno de su rostro se transformó en una mueca de furia. El pergamino estaba en blanco, se había tragado el señuelo. Miró al cielo y alcanzó a ver la silueta de otra lechuza que ya era imposible alcanzar. Apretó su varita y dió un giro sobre su propio eje para desaparecer, ya no era necesario estar en ese lugar.

LA OTRA GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora