Entre los sueños

33 3 5
                                    

Costa Rica, Limón, época actual

"Je chante ton nom parmi les eaux, je chante ton nom. Je cherche la raison de mon destin. Dans chaque vague je pense à toi, je pense à toi, la mort fait partie de ta vie, de ta vie..."

   Escucho la dulce melodía una y otra vez en mi mente, es armoniosa y suave, tanto que podría escucharla por horas y horas. La voz ya es familiar para mí; tanto tiempo visitando mis sueños la hace parte de mi vida. Escucho las olas golpear la arena de la playa, como el viento impacta mi cuerpo y la arena se escabulle por los dedos de mis pies.

   La oscuridad desaparece poco a poco, ahora puedo distinguir el mar a los pocos metros. Oigo pasos a mi lado, así que giro mi cabeza a la derecha. Hay una chica ahora junto a mi, llamándome con cierto tono hipnótico que me hace seguirla de inmediato. Me encuentro en un puerto, caminando por el muelle en direccion a la orilla, y sin titubeos la chica que ahora va al frente salta con agilidad al mar, luego su torso se asoma y me mira fijamente sin moverse. Inclino mi rostro y veo mi reflejo en el agua; tengo al frente por primera vez el rostro del cuerpo en el que estoy en esta ocasión. Un chico joven, algo inocente y de tés morena esta viéndome a través del reflejo.

   Se lo que va a pasar, pero intento fingir que es un simple sueño. La chica sonríe algo misteriosa y fija su mirada en mi rostro, luego nada lentamente hasta estar al frente de mí y coloca ambas manos en mis mejillas. Es tan fría que su contacto me hace estremecer, pero no logro soltar su agarre. Con delicadeza me inclina cada vez más hacia el agua junto a ella, y cuando estoy lo suficientemente cerca de su rostro, acerca sus labios a mi oído y susurra palabras que no entiendo y nunca habia escuchado antes.

—La femme Marqué. Elle est proche —Dichas sus palabras, sonríe siniestra y lo logro ver de reojo.

   Nunca antes había escuchado eso, así que me percato que algo nuevo estaba pasando. Seguidamente, ella coloca su mano violentamente en mi cuello, y me sumerge con extrema rapidez en el agua. La parte más horrible ha llegado, el joven está siendo ahogado y siento su impotencia revuelta con pánico adueñarse de su ser. No puedo respirar; todo lo que siente el chico lo siento yo.

   Mi aire se acaba, y siento como muero sin hacerlo realmente. Sin embargo, justo en el limite del abismo, mis ojos contemplan como el monstruo que antes era una mujer, nada con rapidez hasta nosotros y con sus afiladas garras se dispone a despedazar el cuerpo. En ese momento despierto de golpe, mientras inhalo de nuevo y un sudor frío se escurre por mi cuerpo debajo de las sabanas.

   No había podido respirar, por lo que tomo un tiempo para poder controlar nuevamente mi respiración. Me inclino un poco hacia la pequeña lámpara del mueble e intento encender la luz, pero mis manos algo temblorosas no dejan de moverse, lo que dificulta el proceso.

   Logro encenderla y miro a mi alrededor, vigilando que nadie estuviera allí. Ahora estoy sentaba en mi cama mirando al vacío, mientras espero a que mi palpitar vuelva a su normalidad y mi corazón no salga de mi pecho. Estoy teniendo un pequeño ataque de ansiedad, pero ya estoy acostumbrada. Pasa rápido. Tomo mi pequeño reloj de muñequera de la mesa, y verifico la hora, dándome cuenta que eran las 12:00 am en punto.

—La puntualidad sigue en pie. —menciono para mí, antes de suspirar.

   Como casi un hábito nocturno, me levanto de mi cama luego de un par de minutos y voy directo a la pequeña cocina del lugar. Papá esta durmiendo profundamente y quiero que se mantenga así, no quiero que seamos dos despiertos, es mejor que uno de los dos si duerma esta vez. Él siempre me ayuda a dormir de nuevo cuando éstas horribles pesadillas aparecen y a pesar de todo siempre esta conmigo, pero no quiero arruinar los únicos días donde puedo verlo despreocupado.

Hija del mar (Los Marquè)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora