Pasado desconocido

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—¿Está bien? ¿Respira? Me parece que no lo hace Zharaya. —Coloca su pata sobre mí cachete y me mira fijamente. —¿Niña? ¿Sigues ahí? ¡Queena trae agua o algo, creo que mi presencia la alteró un poco!.

—¡De acuerdo! —esclama Queena y se retira a la cocina en busca de agua.

Es un momento que mi cerebro necesita para procesar, así que estoy sin pronunciar palabra, mientras me llevan a la silla en frente del escritorio y me entregan el vaso de agua. Tomo como una desesperada y al terminar, coloco el vaso en la madera rojiza y con desconfianza veo al animal que se encuentra en la silla del otro lado del escritorio.

—Creo que no empezamos muy bien. Mi nombre es Neferet. Es mejor que me cambie a una forma más familiar. —Al decir esto, se levanta en sus cuatro patas y le indica a Zharaya que le extienda una bata color rojo carmesí. Me parece curioso que el color central desde que llegué sea el rojo, y no cualquier rojo, sino un rojo sangre. Zharaya cubre al animal que ahora se encuentra en el piso con la bata, y de un momento a otro, una cabeza humana se asoma. una mujer con cabello rubio casi blanco y con piel más palida que la mía. Zharaya la ayuda a terminar de meter sus brazos en las mangas y ella misma ata la tira para terminar de cerrar la bata. De un gato negro, a pasado a ser una mujer muy alta, pálida y de cabello largo. Parece de unos 30 o 35 años, además de tener una mirada bastante penetrante.

—Todavía no me acostumbro a este tipo de cosas, lo siento. —digo con tono bajo y evitando el contacto visual.

—Esta bien, yo si estoy muy acostumbrada. Llevo viva más de 200 años, es bastante tiempo como para conocer a los humanos y su falta de comprensión hacia lo mágico.

—¿¡200 años!? ¿Que diablos come? ¿Se baña en la sangre de vírgenes o qué? —digo impactada por sus palabras. Pero Zharaya me golpea ligeramente el hombro en forma de reprimenda. No puedo evitarlo, no es común que alguien afirme con ese rostro que tiene más de 200 años.

Neferet suelta varias carcajadas sinceras y se recuesta al respaldar de la silla —No cariño, lo mío no es un baño estilo Báthory, esa mujer solo estaba muy loca y psicótica. Yo soy simplemente una bruja de sangre pura y eso me ayuda a ser muy... longeva. Pero mi edad, historia o quién soy no es relevante, vayamos al punto importante de esta visita y por lo que las dejé entrar. Hablemos de tu relación con la hija del mar, me dijeron que necesitas mi ayuda.

—Claro, si. Necesito saber quién es ella y qué es lo que busca de mí. —contesto con tono nervioso —He perdido mi única familia por esto que me persigue. Mi padre murió...

—Ahogado en su propia cama por agua salada. Lo sé cariño y lo siento.

—¿Y cómo lo sabe?

—Soy bruja Caterina y al cruzar el umbral de mi oficina, todas las intenciones, pensamientos y preocupaciones de todos se me son reveladas.

—¿Leíste mi mente?

—No exactamente. Puse tu mente bajo mi disposición, haciéndola mostrar lo que necesito saber. Un hechizo muy efectivo.

—Espero que esto no se vuelva una costumbre en todos los seres mágicos. —Veo de reojo a Queena y Zharaya y ambas se disculpan con la mirada. Saben de lo que estoy hablando.

—No me interesa saber lo que todos piensan por ahí, pero sí me interesa saber lo que quieren si me buscan. Es importante protegerme. Ya te habrás dado cuenta que hay algunos seres que no quieren amistad y solo quieren destrucción. No recuerdo hace cuánto tiempo fue la última vez que un ser mágico no fuera víctima de un intento de asesinato por algún otro ser, incluyendo los humanos. Pero, de nuevo estamos dirigiendo esta conversación a mí. Estás buscando explicaciones y te diré todo lo que sé.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2021 ⏰

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Hija del mar (Los Marquè)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora