#O2

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Después de ese peculiar encuentro con Uraraka, Kirishima continuó caminando ya rumbo a los dormitorios. Al día siguiente sus clases continuarían y era su único día libre, así que esperaba encontrar a alguno de sus compañeros que no haya ido a visitar a sus familias y pasar un rato haciendo algo que pudiera relajarlos —aunque sentía que estaba olvidando algo—, incluso quizás contarle su rara experiencia vivida en la mañana, a ver si alguno tenía una explicación razonable sobre lo que le había sucedido.

Sin embargo, apenas cruzó la puerta se encontró con los ojos cansados y penetrantes de Aizawa-sensei, tenía las manos típicamente metidas en los bolsillos y ese estilo de peinado y "limpieza" tan propio de él. Kirishima se detuvo en seco y entonces entendió que era su fin.

—Aizawa... Sensei... Buenos...

—Buenas tardes. —respondió él, cortándolo y corrigiéndolo. —Dijiste que volverías a las once de la mañana, Kirishima. No tenía problema con alargar tu plazo, pero al menos debiste contactarte conmigo o con la escuela.

—Lo sé, lo sé... Es sólo que...

—Sin pero's. A la próxima tendrás un arresto domiciliario de un fin de semana. Saben que estas medidas de los dormitorios son especialmente para tener control de donde se encuentran los estudiantes. Especialmente ciertos alumnos que espero entiendan que deben cumplir las normas por su propio bien.

—Sí... Yo... Lo siento, sensei. ¡No se repetirá!

Kirishima se inclinó hacia adelante para disculparse propiamente, cerrando los ojos con fuerza y apretando sus puños con firmeza. Él recibiría el sermón como todo un hombre, pues Aizawa-sensei estaba en lo correcto. Desde el rescate a Bakugou, no podía esperar que siempre tengan un trato especial con él; ya le habían perdonado una conducta impulsiva, como mínimo debía cumplir con reglas tan básicas como el horario en que prometió volver.

"Ojalá algún día entiendas lo mucho que me preocupan cada uno de ustedes. Son mi clase, mi responsabilidad y mi prioridad. La Liga de los Villanos está al tanto de cada uno de sus datos, el sólo pensar que podrían capturar a cualquiera nuevamente... No permitiría que eso pase, incluso aunque debiera acabar con ellos yo mismo."

—¿Sensei? —Kirishima alzó la cabeza poco a poco, observando al siempre tranquilo y sereno Aizawa. Se oía raro, ligeramente tenso y sobresaltado, pero su expresión no cambió en lo absoluto. —Uh... Sensei, no tiene que preocuparse, los demás y yo sabemos que usted es un gran maestro... Tenemos licencias provisionales ahora, podremos defendernos y actuar con madurez y...

—¿Qué? —Aizawa arqueó una ceja. Kirishima dejó de hablar, pensando que había metido la pata. —¿Por qué dices que estoy preocupado?

—Usted... Usted dijo que lo está ¿no? Por cada uno de nosotros.

—¿Qué...?

—¡MALDITO PELOS DE MIERDA!

—¿Bakugou?

Kirishima se permitió apartar la mirada de su sensei para saludar al chico rubio. Bakugou se acercaba a paso acelerado, caminando con la misma agresividad que caracterizaba varias de sus acciones; sin embargo, Kirishima no se limitó y permitió que una gran sonrisa se dibujara en su boca, emocionado por ver a su persona favorita.

—Bastardo, ¿dónde mierda te habías metido?

—Oh... Lo siento, no te lo dije pero mi madre me llamó ayer en la noche y-

—¿No dijiste ayer que repasaríamos las clases de la semana? Eso fue hace una maldita hora.

"Y pensar que hasta le pregunté a Aizawa-sensei dónde carajos estabas ¿por qué me tengo que preocupar por un idiota como tú?"

Voz del corazón. | Bakugou Katsuki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora