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"Esta bien si no puedes encontrar las palabras,

Déjame tomar tu abrigo y quitarte ese peso de los hombros.

Como una fuerza que debes tener en cuenta,

Un fuerte océano o un suave beso,

Voy a amarte con cada cosa que tengo".

-"Two". Sleeping At Last.

  —  Akabane-sempai, por favor, ¡acepte mis sentimientos! —

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  —  Akabane-sempai, por favor, ¡acepte mis sentimientos! —. Pidió la muchacha haciendo una reverencia.

El nombrado rodó los ojos, ¿cuantas veces iban ya esa semana? ¿seis? ¿siete?

Suspiró suavemente para luego dirigir una pequeña sonrisa amable a la chica logrando que esta se sonrojara.

  — Lo siento, no puedo corresponderte—. Habló con calma—. Eres una chica muy linda, pero no creo que seas mi tipo.

Dicho esto, el muchacho se retiró en dirección a su aula.

Caminó con calma por los pasillos manteniendo sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón escolar, estaba comenzando a hartarse de que las chicas se le declararan sin siquiera conocerlo, de hecho juraría que a esa muchacha de la azotea jamas la había visto antes de eso.

Entró a paso lento a su aula percatándose de que dentro se encontraba una bonita rubia de ojos azules mirando en dirección a la ventana; se acercó a ella con sigilo y se sentó a su lado.

  — ¿Pensando en mi?—. Preguntó burlón el recién llegado haciendo reír a la rubia.

— No puedo evitarlo, es que eres tan guapo—. Respondió dejando escapar un fingido suspiró de enamorada.

Dejaron escapar un par de carcajadas al unísono. Cualquiera que los viera pensaría que eran la pareja perfecta pero lo cierto era que no eran otra cosa sino un par de amigos de infancia.

Las risas pararon mientras ambos adolescentes se miraban fijamente a los ojos; Akabane intercalaba su mirada entre los orbes azulinos de su amiga y los rosados labios de esta.

  — ¿Qué?—. Preguntó la muchacha mirándole expectante.

 — ¿Qué de qué?—. Respondió el otro aún con la mirada sobre los labios de su amiga.

  — ¿Qué miras?—. Dijo la chica frunciendo el ceño.

— Nada, solo creo que tienes un poco de diente en tus restos de comida.

Los colores subieron al rostro de la rubia de apariencia extranjera, quien de inmediato se alejo para buscar un espejo en su bolsillo percatándose de que  lo dicho por su mejor amigo era falso.

Silence [Karmagisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora