Cigarrillo se escribe con G

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Eres la historia de amor más trágica que me ha tocado vivir.

Te quiero, te quiero tanto maldita sea. ¿Por qué tú no puedes quererme de la misma manera?

Ya me da vergüenza sentir todo este amor y no saber como demostrarlo. Mi vida, ya no sé que hacer. No sé si olvidarme de ti y empezar de nuevo, o esperar a que el universo cambie los planes y nos una. Y es tonto, lo sé, porque hay solo una respuesta lógica para solucionar esto que siento, pero aún así no quiero rendirme. Voy viviendo en el tal vez. Sigo respirando gracias a esos quizás, porque sin ellos no se que haría.

Te amo, ¿me amas? No, pero tal vez algún día.


Estoy mareada, borracha de tantos sentimientos. Tantos que no se que hacer con ellos, bailan en mi cabeza todo el día, hipnotizando mi conciencia e idiotizando mi espíritu. Y ahí voy yo, siguiendo su ritmo, dejándome llevar por unas horas, para terminar con un dolor de cabeza y mis gritos retumbando en las paredes de una triste habitación.

Me haz hecho pedazos, quebraste lo que tanto tiempo me tomó reconstruir. Tumbaste todas las paredes y llegaste a la médula de mi alma, solo para poder romperme desde dentro.

Lo peor es que te dejé, rompiste mi alma pero yo te di el martillo, así que ya no se quien tiene más la culpa, si tu por quebrarme o yo por amarte tanto y dejarte hacerlo.

Te odio, te odio, te odio. casi tanto como te amo.

Se que esto esta mal, vivo atrapada en una relación tóxica de la que no puedo salir; soy la única en ella.

Cariño mío, me obsesionas, sin darme cuenta te transformaste en un vicio más. Y yo que pensaba que el tabaco acabaría con mi vida, cuando en realidad tu eres el humo que ha ennegrecido mi interior.

Eres este maldito cigarrillo que yo misma puse en mis labios.

No puedo dejarte, y me vas a acabar matando.

Hojas sueltasWhere stories live. Discover now