Es quienes somos
No importa si hemos ido demasiado lejos
No importa si todo está bien
No importa si no es nuestro día.
De espaldas a la pared la oscuridad caerá, pero nunca pensamos bien que podríamos perderlo todo.
Después de Infinity War así qu...
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Nébula ya había estado en un lugar así.
Desolado, el triste cascarón de lo que había sido una exitosa civilización, hasta que alguien decidió que el planeta estaba sobrepoblado. Y había visto a los guardianes desaparecer frente a sus ojos, convertirse en polvo, con Thanos solo a una gema de cumplir su amenaza cuando los había dejado en TITÁN fue más que obvio que obtuvo la última.
Ya no quedaba nada.
Ningún plan por ejecutar.
Ninguna oportunidad que aprovechar.
Y estaba en TITÁN, el planeta al que Thanos regresaría. Satisfecho de su labor piadosa…
Sentía sus piernas temblar un poco a medida que absorbía lo acontecido pero ese no sería el lugar más seguro para penar. Además, si Quill estaba ahí cuando ella había llegado, era porque el Milano debía estar en el planeta. Tenía que marcharse, tenía que marcharse si quería conservar unos días más de vida.
Pero entre tanta pena y desgracia, si había otro ser viviente en el planeta que quizás podía equiparar su sufrimiento personal, y sin duda necesitaba algo de ayuda, era ese terrano. Los guardianes de la galaxia hicieron sus labores de servicio al universo, a su forma extraña y cuestionable si quería ponerlo de alguna forma, y ese terrano era el único que quedaba en el planeta además de ella.
Verlo pelear del lado de los guardianes y el ilusionista lo ubicó de inmediato en el lado pro-vida de la brújula moral de Nébula, eso lo hacía merecedor de un empujón fuera de TITÄN, suficientes pérdidas se habían generado en un solo día.
–Tengo una nave– dijo, pero el hombre no la escuchaba y quizás ni siquiera estaba mentalmente en ese plano. Además vio como Thanos lo había herido, seguro y agonizaba también. –Te lo advertí– le propinó un golpe detrás de la cabeza, dejándoloasíinconsciente.
Su especialidad no era tratar de enmendar mentes rotas, razonar con el desvalido o dar palabras de ánimo. Si quería moverse rápido y hacerle un favor a ese terrano, solo porque la actitud del grupo parecía haberse contagiado en ella, arrastrarlo hasta el milano era más fácil que convencerlo de caminar.
