Leila Grau pertenece a una familia del sur de Inglaterra. Su vida no es exactamente agradable.
Vive con su padre, alcohólico, que no le presta atención, más que para mandarla a un colegio privado que requiere la mayor parte de su tiempo. Así no tendría que verla en todo momento y recordar a su añorada mujer. Empezó a beber cuando ella murió de cáncer, a los 6 años de Leila.
Completamente sola, tuvo que valerse de si misma para madurar muy pronto y sobrevivir sin el respaldo de una familia a la hora de afrentar problemas.
Durante su infancia, no encajó en su entorno escolar, no tenía amigos, y sus compañeros la criticaban por su aspecto.
Leila no era fea, nada de eso, pero en el lugar donde vivía, aún no estaban acostumbrados a ver a una chica de pelo rizado y piel aceitunas.A medida que creció aprendió a distinguir quien valía y quien no, aprendió que su padre era un caso perdido, y sobretodo, aprendió que la vida puede ser muy pero que muy dura.
Por suerte, ella no nació en una época como la que ahora estamos acostumbrados. Ella nació en una bastante avanzada, o al menos para la tecnología.
Sumidos en la interminable búsqueda que siempre ha tenido el ser humano por alcanzar la felicidad, idearon una manera de intercambiar almas. El procedimiento es algo tal que así:
El último día de cada año se realiza una ceremonia y, al cumplir los 16 años, las personas que quieren cambiar su alma, se dirigen al Congreso de la Tecnología, situado en la capital de cada país, y escogen la vida de cualquiera de los demás interesados. Cuando se cambia un alma a otro cuerpo, éste queda anulado para los demás, por los que el procedimiento se convierte en una carrera para conseguir la mejor opción de vida y no quedarse con las sobras. Si algún cuerpo no es escogido o sobra, simplemente desaparece y se modifican las memorias de las personas cercanas para que no se le recuerde.Pero todo tiene consecuencias, y cambiar de vida de esta manera también las tiene. Cuándo trasladan el alma a otro cuerpo, borran los recuerdos de tu anterior vida, dejando únicamente lo básico para vivir y habilidades; ellos además, te incorporan una capacidad, y es la de hablar el idioma del lugar donde ahora viva el sujeto—si es que cambia—.
Leila sabía las consecuencias, y no le preocupaban. Su vida era un caos completo, y solo quería convertirse en una cambiada.
Al menos eso pensaba hasta un año antes de cumplir los 16...
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Genius
Teen FictionLeila Grau tiene el corazón dañado, y solo un genio sería capaz de amarla. Tal vez deba cambiar su vida para encontrar la felicidad, como todos aquellos anuncios televisivos prometen.