PARTE TRES

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Salí de su apartamento hecho un desastre. Mis piernas no me respondían al cien, caminaba a un paso lento hacia el elevador. No di para más y me recargué en la pared del pasillo desvaneciéndome en el suelo. Las palabras de Jiyong retumbaban en mi cabeza: "estaré esperándote".

En un momento de total debilidad me había hundido delante de él, saqué los sentimientos que se estaban oxidando dentro de mí, pero al mismo tiempo, los estaba reviviendo. Habían pasado años de no vernos, pero nuestro vínculo parecía ser indeleble.

Aparentemente él tenía claro su sentir, me había confesado que nunca me dejó de amar. Mentiría si digo que no sentí nada especial, porque en realidad, sentí todo cuando lo tuve cerca. ¿Era posible que el primer amor fuese así de fuerte?

Independientemente de cualquier circunstancia que nos distanciaron, siempre él tuvo un lugar en mi corazón. Me mantenía pensando en aquél día en que todo estalló. En un principio quería convencerme de odiarlo, pero nunca lo conseguí. Pasó el tiempo y dejé que las heridas simplemente cicatrizaran.

Hoy, que todas esas verdades habían sido reveladas, demostraron sólo una cosa, que actuamos soberbiamente y que había sido demasiado tarde para dejar a un lado nuestros egos. Pero, dejando a un lado eso, como él lo dijo, fueron más los momentos buenos que compartimos que los malos, muchos más. Esos casi dos años de relación con él habían sido de los mejores de mi vida.

No podíamos estar el uno sin el otro. Recuerdo a la perfección el día que nos hicimos novios, nuestra primera cita, nuestra primera vez, nuestra primera pelea, la primera vez que nos dijimos "te amo". Muchas de mis primeras veces las había compartido a su lado.

Teniendo todo eso en mente, me puse de pie y reanudé mi camino hacia el elevador. Presioné el botón, sin embargo, estaba demorando en llegar, lo presioné de nuevo con un poco más de desesperación, no sé si esa era la realidad o era yo que sentía que el tiempo no transcurría. Esos pocos segundos esperando por el ascensor me bastaron para decidir que necesitaba estar con él. Supongo que el vino, que todavía tenía mi organismo, me dio la valentía para ir de regreso al departamento de Jiyong.

Toqué el timbre sin dar muestra de vacilación. Él no tardó en abrir la puerta. Juro que lo miré totalmente enamorado cuando esbozó esa hermosa sonrisa al verme.

No lo dudé más e inmediatamente lo tomé del rostro y ataqué sus labios con desesperación. Él sólo tuvo tiempo de dar un manotazo a la puerta y esta se cerró de golpe detrás de nosotros.

Lo empujé con brusquedad contra la pared, ambos mordisqueábamos nuestros labios con necesidad, percibía el sabor de uvas en ellos. Bajé hacia su cuello y lamí su manzana de Adán para después, dar besos húmedos a la tinta de su cuello.

—Tus tatuajes me vuelven loco. Le dije con mi voz entrecortada.

—Tengo más, descúbrelos por tu cuenta. Su mirada sensual me incitaba a todo.

Le quité rápidamente su delgada playera y él me ayudó a quitarme el saco, así como a aflojarme la corbata y despojarme de mi camisa. De inmediato, ataqué su pezón derecho, lo succionaba y jalaba. Sentía sus dedos entrelazados en mi cabello y me excitaba más escuchando sus suaves gemidos. Bajé un poco más y besé los tatuajes que tenía cerca de su obligo para luego, lamer su miembro sobre la tela.

—Seungri, te estás tardando demasiado. Me expresó con desespero.

No lo atrasé más y bajé los pantalones junto con los bóxer. Me hinqué, tomé su pene ya erecto e inicié dándole lamidas en la punta.

When we were young. [Nyongtory - Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora