Capítulo 6

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Mi respiración se aceleraba con cada segundo, mi estomago daba vueltas y por mi mete pasaban mil cosas.

- Espera Morgan, ya conozco el lugar hay que esperar aquí en el auto.

No sabía que pensar.

- Ah, está bien Corie.

Paso un silencio incomodo, yo miraba por el parabrisas como comenzaba a oscurecerse y dejaba de pasar gente. Me miraba con una mirada extraña.

- No me mires  de esa forma-. El se sorprendió  no esperaba mis palabras. 

- ¿Por qué?

- Es que no se que significa-. Lanzo una sonrisa atrevida, se acerco lentamente a mi. De golpe cerré los ojos y sentí como sus labios tocaban los míos. Me perdí en esos besos tan delicados, en su respiración lenta.

Mi mente quedo en blanco, perdí la noción del tiempo, sentía sus manos tocar mi cuerpo; me alarme.

- Corie, ¿qué haces?.

- Ah, solo déjate llevar, sera divertido.

- Corie espera, por favor-. El no se detuvo, no sabía como reaccionar. Desabrocho mi cinturón que me sujetaba al asiento del auto, me besaba el cuello  volví a perderme en sus besos, tanto que cuando volví a mirar ya nos encontrábamos en el asiento trasero. 

- Eres hermosa Morgan.

Me sonroje. El se quitaba su bella camisa, vaya, ver ese abdomen trabajo valía mucho la pena. No, no debo dejarme llevar por la situación, la verdad no lo conocía y era incorrecto. 

Lo mire. -Oye no es correcto-

- Tranquila-. Levanto mi blusa tocando mis pechos. Sentí los nervios mas grandes de mi vida, jamas me había sentido tan incomoda.

- Basta-. Quite sus manos de mis pechos y me incorpore, estire mi brazo hasta el asiento del copiloto. Estaba dispuesta a caminar de vuelta a casa.

- ¿Qué haces, crees que puedes irte a estas alturas de la situación?, estábamos a punte de...

- No Corie-. Lo interrumpí, -aun no te conozco de verdad me gustas pero es muy pronto-.

- ¿De verdad te iras? ni creas que te dejare ir-. Decía mientras jalaba mi brazo y tiraba de mi bruscamente hacia el  asiento trasero,  me tomo fuertemente de las muñecas hacía arriba y subió mi blusa haciendo mas fácil el despojo de mi sostén.

- ¡Corie basta!-

-Cierra la boca quieres-. No podía moverme ya que estaba encima mio, saco su telefono celular y tomo fotos de mi torso desnudo.

- Detente Corie- imploraba sollozando.

- Que fotos tan provocativas Morgan-. Se burlaba mientras se bajaba los pantalones. 

- ¿Donde demonios?, oh aquí esta-. En busca de algo para atarme las muñecas, trate de gritar pero nadie me escucho, sentía una desesperación impresionante.

- Esto pudo haber sido de una manera agradable-. Ya no sentía mis piernas por el tiempo que  estuvo sobre ellas y el esfuerzo de querer huir. Intente golpearlo con los pies, pero mis intentos fueron inútiles el era mucho más fuerte.  Levanto mi falda y se deshizo de mi ropa interior, sentía como sus malos recorran mi cuerpo; cerré mis ojos preparándome para lo siguiente. 

 Sentía tanto dolor, no podía escapar; tapaba mi boca con su mano y cuando volví a mirar su teléfono estaba grabando todo lo que pasaba. 

Los minutos pasaban tan lentos y  dolorosos.



 Soltó un suspiro, - Ah Morgan estuvo fabuloso, claro que hubiera sido mejor si no te pusieras de difícil-. Retiro su mano de mi boca. 

- ¿Por qué Corie?, ¿estas loco?-. Sollozaba. 

-Cálmate, exageras todo yo solo quise pasar un momento de placer contigo y lo arruinas todo. Ah, te llevare a tu casa y ten cuidado con decirle a alguien-, soltó una riza sarcástica - no creo que quieras que te pase algo malo o peor, a tu hermana-.

Por mi mente pasaron tantas cosas, yo solo quería volver a casa. 

- ¿Escuchaste bien?, linda Morgan-. Se burlaba mientras volvía al asiento del conductor.

El camino a casa se hacía eterno, yo trate de parar mis lagrimas pero no era tan fácil. Escuchaba la música pero no lograba tranquilizar mis nervios.


Tiempo más tarde llegamos a casa.

- Ni una palabra de lo ocurrido, ya sabes que puede pasar- Amenazo.

Baje del auto y este desapareció al instante, respire un momento aun no era tan tarde así que supuse que aun estarían despiertos.

- Hola hija ¿cómo te fue?-, decía Selia mientras cocinaba algo, por el aroma podría jurar que era su famoso pastel de frutas.

- Bien-. Estaba a punto de romper en llanto, así que apresure mis pasos.

- ¡Morgan!, ¿estás bien?.- Me siguió por las escaleras. Corrí para llegar antes que ella a mi habitación y cerré la puerta.

- Morgan por favor abre-. Mientras tocaba mi puerta. 

- Estoy bien, quiero descansar.

- Ay Morgan, abre la puerta-. Soltó un suspiro. - Se que  yo no soy tu madre pero me preocupas, siempre las he visto como hijas y lo que menos quiero es que algo malo les pase-. Se detuvo un momento. -Puedes tenerme toda la confianza, jamas te juzgare-. 


Esa noche no pude dormir, no dejaba de pensar, de recordar el dolor que me provoco me sentía tan impotente y frustrada. Quería llamarlo y herirle toda la basura que es.



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