One Shot - Nosh

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Niall amaba ir a Nando’s, le gustaba pasar horas en su mesa especial comiendo tranquilamente, incluso el dueño del lugar solía sentarse algunos días con él y platicar. Niall podría ser como su conejillo de indias cuando tenían algo nuevo en el menú y sinceramente al rubio no le importaba serlo. Pero como dije, el ama. Y eso es pasado. Y nosotros los humanos odiamos el pasado, porque en el vienen nuestros errores, nuestros mejores momentos, las decisiones que nos llevan a ser quienes somos en día y las que nos llevan a donde estamos.

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Cuando Niall lo conoció por primera vez, fue un 13 de Septiembre, estaban celebrando su cumpleaños en Nando’s. Todo era risa y diversión y lo siguió siendo, pero los ojos del rubio lo capturaron y toda su atención se centró en aquel muchacho.

El rubio pudo jurar, que fue amor a primera vista.

La segunda vez que lo vi, fue dos semanas después de su cumpleaños. Él solo pasaba uno de sus días comunes comiendo en Nando’s, jugaba distraídamente con sus patatas y miraba la televisión del local. Entonces su mirada callo en la puerta, por la cual entraba aquel muchacho anunciando su entrada con un gran grito de emoción y saludando al hombre del negocio.

Y Niall creyó morir en ese instante, pero se dedicó a seguir con vida, porque si realmente había algo que lo pudiera matar, fue cuando aquel desconocido por nombre, más no por físico. Lo miro, solo a él. Y el mundo pudo estallar en una tercera guerra mundial, pudieron invadir el planeta los extraterrestres, la Atlántida pudo ser descubierta, pero a Niall no le importó.

Su primera interacción con él, sucedió una tarde de a mediados de octubre, Niall salía tarde del Local. Había quedado haciendo tarea durante toda su estadía, mientras comía. Su cuerpo temblaba mientras esperaba el bus, pero una chaqueta siendo puesta en sus hombros lo trago a la realidad.

El miro al chico castaño de su lado, que le regalaba una sonrisa, una sonrisa que se convirtió desde ese instante en el faro que podría guiarlo en su camino cuando todo estuviera oscuro.

-Josh.

-Niall.

-Lo sé, mi tío dice que eres su mejor cliente.

Un sonrojo de mejillas y la conversación siguió viento en popa.

Solo era el principio de algo.

Su primera cita fue en un parque de diversiones, el rubio comió tanta chatarra había en ese parque, que fue consentido por el castaño. La primera cita no lo beso, pero la segunda. La segunda fue en un cine y en la oscuridad de la sala, los dos se besaron, con la luz de la pantalla alumbrando aquel hermoso acto.

No fue hasta la noche de brujas que Josh le pidió ser su novio y así se enfrascaron en una relación.

Relación que se basaba en besos, en caricias, en risas compartidas, en miradas enamoradas, en sueños e ilusiones crédulas de un futuro juntos, en comidas compartidas, el mundo de Niall giraba alrededor de Josh.

No fue en Diciembre cuando Niall tuvo que retirarse por fiestas y con un ‘No me extrañes’ y ‘Te llamare todo el tiempo’ se fue lejos del castaño.

La vacaciones de invierno pasaron con lentitud, la relación se volvió acida y hasta monótona. Las llamadas se perdieron y el té extrañare se quedó en el olvido.

Niall llego a Londres el primer día de Enero, su corazón decía búscalo y asfíxialo con amor. Pero su cerebro decía que no, lamentablemente el corazón siempre parecerá mandar cuando uno está enamorado. Sus pies firmes se pararon frente a las puertas de su local favorito, aquel que lo vi estar en el momento más increíble de su vida, pero dicen que lo bueno dura poco.

Porque apenas piso aquel lugar, su corazón se achico, sus ojos parpadearon incrédulo, humedeciéndose de apoco. Y su cabeza gritaba un ‘¡Vete! ¡Largo! ¿Qué esperas? ¡Huye!’

Pero el ser humano es masoquista o Niall era muy valiente para enfrentar los hechos.

Niall vio a la chica retirarse al baño y luego a Josh caminar hasta él.

-Yo… Lo siento, sí-revolvió su cabello castaño-es solo que creo que lo nuestro ya no funcionaba, necesitamos tomar nuevos caminos. Quiero decirte que me encanto pasar tiempo contigo, te tube tanto aprecio. Espero que seas feliz.

-No, yo espero que seas feliz, realmente lo deseo-Niall regalo una de su mejores sonrisas al castaño y dándole un beso en la mejilla se despidió de él y no volteo, porque no es necesario mirar tu pasado para saber qué hiciste en él.

El rubio solo debía darle una vuelta a la hoja, pero le dolía, le dolía con todo su ser, amar por primera vez y sinceramente. Para terminar con un corazón roto.

Con paso tembloroso llego hasta su destino y unos brazos lo recibieron con amor.

-El amor duele Niall, pero vamos a aprender a levantarnos, juntos-

Y quitando las lágrimas con su suéter sonrío a su amigo rizado.

Mini Historias Larry Stylinson ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora