Encontrarme con el no era una casualidad, no desde que se me hizo costumbre salir a las 6:00 am a correr, y sería mentira si dijera que solo tenía ese hábito, porque sabía que no era así, hasta mis amigos y vecinos se habían sorprendido cuando por mera coincidencia me veían a esa hora despierto, no era madrugador y si tan solo 18 meses atrás me hubieran conocido, sabrían que odiaba despertarme a esas horas, temprano en la mañana, además, odiaba los climas fríos y tristes, justo como se veían en ésta época, pero solo tenía una meta al despertarme a esa hora: poder verlo.
Era sorprendente verme puntual, a esa hora en frente del campo de entrenamiento, estirando y disimulando mi sueño con ejercicios de calentamiento, pero para él no, para él ya era normal encontrarme a esa hora, y quería que siguiera creyendo que para mí era tan normal el levantarme temprano como lo era para él, que había hecho ésto toda mi vida, pero ni yo creía que pudiera convencerlo. Tan solo observarlo entrar me era satisfactorio, y no sabía en qué momento había empezado a hacer así, ya ni siquiera me importaba, solo quería estar con él, algo me había llamado tanto la atención como para tener por primera vez en mucho tiempo, la motivación para querer formar una conexión con la otra persona, nunca me había considerado la idea de ser gay hasta que él llegó.
La primera vez que lo ví, si fue casualidad, llegaba de un viaje de tres días, había tenido que llegar temprano para poder asistir a la despedida de soltero de uno de mis viejos amigos, eran las 5:30 de la mañana y para mí no era normal ver un camión de mudanzas a esa hora, generalmente llegaban a las 11:00, así que llamó mi atención. El taxi no pudo pasar debido al camión, así que tuve que bajarme del auto, no solo quería llegar a mi casa, también quería evitar el frío, pero en ese momento no tenía ganas de discutir con el nuevo vecino, así que lo dejé pasar, o eso intenté.
Nuestras miradas chocaron, y nunca creí sentir una mirada con tanta indiferencia como la que tenía él en ese entonces, era extraño, pero en ese momento supe que tenía que saber más de él. Caminé unas calles más para así llegar a mi casa y fue cuando estaba por entrar al edificio que el apareció. Corriendo, a esa hora empezaba a correr y me preguntó dónde podría encontrar el campo para correr, así que le indiqué cómo llegar, no dió ni un gracias, se fue corriendo, así como llegó. Durante el día tuve la duda de si el correría todos los días a esa hora, así que aún estando desvelado, decidí ir temprano a ese campo para correr, y sí, él se encontraba ahí, era la única persona ahí, la única después de mí, claramente vi su cara de molestia, pero para poder acercarme a él, era lo único que podía hacer, así que me quedé y corrí.
Así estuve las primeras dos semanas, hasta que decidí intentar tener una charla con él, la primera no fue nada agradable, pero no me dí por vencido, así que siempre que podía intentaba hablar con él, no fue nada fácil hacer que pudiera contestarme las preguntas que le hacía, pero al cabo de un mes, ya hasta podía saludarlo con naturalidad, había veces en las que algunas charlas se daban de manera espontánea, y eran esas pocas veces en las que de verdad sentía su cooperación en la plática. No fue hasta 3 meses después que empezamos a conocer más sobre nosotros, ya no solo eran conversaciones triviales, eran diálogos sobre nuestras vidas, incluso se podían hacer preguntas más personales.
Fue difícil acercarme a él, pero aprendí a observar, podía darme cuenta, por los ligeros gestos que hacía, que era lo que le molestaba, lo que le parecía entretenido, aburrido, asqueroso y encantador. Aprendí a conocerlo, y sé que él también aprendió hacerlo, pudimos conocernos, y aprendimos el uno del otro. La confianza se fue dando poco a poco, y así mismo el cariño creció, poco a poco nuestros sentimientos fueron cambiando, y no fue fácil darme cuenta de lo que sentía respecto a él; creo que tampoco fue fácil para él, nada fue fácil en el desarrollo de este extraño vínculo que habíamos creado, pero supimos sobrellevarlo.
Fue esa mañana, en la que el clima no favoreció nuestra salida, en la que no pudimos evitar ese contacto, cubrirnos de la lluvia era nuestra única opción, pero sería así si hubiera un lugar en el campo para cubrirnos, sin esperarlos se dió, estábamos cara a cara y fue en un instante cuando todo pasó, nos besamos, nos besamos de una manera tan cálida y suave que el contacto duro algunos segundo que se hicieron eternos para mí, fue en ese momento en el que supe que tenía estar ahí siempre, cada día de mi vida me hubiera gustado estar ahí, besándolo bajo la lluvia.
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Mini-historias Y Drabbles NaruSasuNaru
FanfictionAquí encontrarás historias de menos de 2000 palabras, todas son NaruSasu. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.