Cap. 2. ¡Qué ilusión!

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Estoy en un sitio un tanto... raro... Estoy... en la nada. Miro a mis pies y... ¡Mierda! No hay nada. ¿¡Estoy flotando?! ¿¡Qué cojones?! NO ENTIENDO NADA.
Noto que algo me roza la frente. Como un leve cosquilleo.

-¡COÑO!- Grito sentándome  de un salto en la cama. Estoy sudando. El flequillo se me ha pegado a la frente. Miro a mi izquierda y está mi madre, asustada por mi sobresalto. Puta pesadilla. Al instante me avergüenzo del grito y la palabrita que acabo de soltar delante de mi madre.
-Cariño, ¿Estás bien? No pretendía asustarte, perdona.- Le viene una sonrisa.
Le digo que sí con la cabeza intentando controlar mi agitada respiración.
- ¿Vamos a desayunar? A ver si así se te pasa el sofoco. Además, hay tortitas...- Dice mi madre como si fuera aún su niñita pequeña.- Tienes que comer bien, te recuerdo que son las cuatro de la Mañana, y dentro de tres horas cogemos un avión...
Asiento otra vez y me hace una señal con la cabeza para que la siga.
Salimos de mi cuarto y me dice mientras bajamos por la escalera;
-¡Ay! ¡Voy a despertar a Will y a Theresa! Ahora bajo. Espérame en la cocina.
Sube de nuevo la escalera hacia el cuarto de Tess.
Bajo la escalera y me dirijo a la cocina. El olor a tortitas con chocolate inunda mis fosas nasales. Cierro los ojos mientras saboreo el olor con una sonrisa.
Abro el armario de los platos y cojo uno pequeñito, mi favorito desde que era pequeña. Es de Mickey y Minnie Mouse.
Abro el cajón de los instrumentos de cocina para coger unas pinzas y así poner dos tortitas en el plato. Decido acompañar mi desayuno con un zumo de naranja de la nevera.
Derrepente, oigo unos pasos lentos bajando por la escalera. Será Will... Siempre tan emo...
-Hola enana.- Me saluda mi hermano con cariño. En efecto, es él. Saca una media sonrisa.
-Hola Will, ¿Qué tal has dormido?- Le pregunto feliz.
Me da un abrazo por la espalda apoyando su barbilla en mi cabeza. Y Seguidamente, me revuelve el pelo.
Respira profundamente y contesta:
-Bien, bueno... si te digo la  verdad, no he dormido una mierda.- Dice mientras se estira.
-Chst. Esa boca. Que hay menores.- Le calla Tess con una colleja juguetona.
Rápidamente Will se da  la vuelta y suelta;
-¡Te vas a enterar! ¡Ahora verás!- Dice bromeando. Ya se oye la risa de Tess. Me uno. Cada vez la risa es más fuerte, más contagiosa. Will empieza a reírse cada vez más y más fuerte.
Coge a Tess por las rodillas y la levanta hacia su hombro derecho. Está cargada al hombro de Will como un saco de patatas... Que imagen más cómica...
- ¡Jodie! ¡Ayúdame! ¡Ahhh!- Dice Tess entre gritos y risas. Se va a ahogar... Jajaja. No pretendo ayudarla. Estoy demasiado ocupada... Riéndome.
Mi madre llega a la estrecha cocina. Yo ya estoy llorando de la risa...
-¡Chicos! ¡Os recuerdo que son las cuatro de la madrugada, y hay gente durmiendo...!- Susurra fuertemente mi madre.
-¡Eh!¡Eh! ¡Alto ahí! ¡En guardia! - Digo en un todo tan bajo como ha hablado mamá. Salto en broma con una barra de pan como espada. Apunto con la barra de pan a Will y suelta cuidadosamente y lentamente a Tess, dejándola en suelo.
Nos estamos esforzando todos por no reír. Mucho. Muchísimo. Hay miradas a cruzadas. Nos miramos, estamos en un círculo, intercambiando miradas. Estamos colocados de la siguiente manera:

             Tess
   Yo           Will
        Mamá

La cocina es tal que así:

La cocina es tal que así:

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2018 ⏰

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