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- Y bueno... ¿En tu casa o en la mía?

Kyuhyun tomó el mismo colectivo que Ryeowook sin querer, en realidad estuvo evitándolo durante su estancia en la facultad.

Cuidar a un bebé con él... Debe ser horrible.

Rodó los ojos antes de sentarse a lado de él y tratar de entablar una conversación, algo que no le salió tan bien.

El pequeño lo ignoró olímpicamente.

Se molestó el más alto y ya le iba a recordar a su santa madre, pero se dió cuenta que llevaba los auriculares puestos, que por cierto no eran cualquiera, tenían una jirafa como parte decorativa.

Sonrió ante lo infantil que era a veces ese chico y después suspiro, tocó su hombro llamando su atención y éste dió un pequeño salto.

- Ah!... Kyu... Kyuhyun

- Oye, te he estado preguntando que dónde haremos el proyecto y ni siquiera me miras-
Se hizo el ofendido cruzando sus brazos mientras el bajito se quitaba los auriculares.

- Lo lamento, estaba escuchando música.

Miró hacia la ventana y sonrió, Kyuhyun le estaba hablando, eso lo volvía algo feliz.

- Vale, como sea ¿En que casa cuidaremos al mocoso?

- Oye... No hables así de él... O ella-
Sonrió perdiéndose en sus visiones y es que él anhelaba tener hijos, muchos hijos.

- Pff, bueno, el bebé... ¿Donde lo cuidaremos?

El alto tembló ante la palabra bebé pues él no era muy amigable con éstos.

- En mi casa si gustas, vivo solo, así que está bien, tendremos todo el tiempo del mundo y no molestaremos a nadie.

- Vale... ¿Cual es tu dirección?

- Me bajaré unas calles más adelante, si gustas puedes ir para saber dónde está.

Kyuhyun dudó un poco pero después de darse cuenta que nadie lo esperaba en casa y sus padres llegaban hasta en la tarde noche, no se resistió y soltó un indiferente "está bien"

Fueron las últimas palabras entre ambos hasta que bajaron.

- Ven aquí.

Lo animó Ryeowook con una sonrisa a lo que el contrario bufó y caminó detrás de él.

Llegaron a una casa sencilla de un solo piso, no es como si quisiera una mansión para el solo.

- Puedes pasar.

Abrió la puerta de madera blanca y dejó pasar al de cabello rebelde que de inmediato abrió la boca en asombro y gusto.

Las paredes color durazno quedaban perfecto con el comedor de madera, la sala de color crema y algunas paredes del mismo color.

Como si fuera su casa dejó la mochila en el piso y fue hasta la cocina.

Esta tenía paredes grisaseas que combinaban con la estufa blanca al igual que los muebles de ésta, volvió afuera y con una sonrisa recibió la del contrario.

Ryeowook sonrió por lo curioso que era ese chico.

Sostuvo la mochila ajena en sus manos y al momento la dejó en uno de los taburetes que había en la sala, cerca de la puerta principal.

- Hey! Ven a ver mi dormitorio.

Lo invitó con la cabeza y el de piel lechosa asintió emocionado.

- No te burles -
Dijo Ryeowook antes de abrir la puerta.

Limpia, ordenada, todo en su lugar, el ordenador con una manta que lo protegía, la cama con sábanas blancas y su colcha azul como el cielo.

Había pequeñas fotografías de Ryeowook cuando pequeño, con esa sonrisa peculiar, su escritorio estaba limpio y así mismo las puertas del armario blancas le daban un toque infantil y tierno.

La cabecera de la cama la tapaba una gran jirafa de peluche.

El alto no falló al pensar que éste chico tenía una obsesión con las jirafas.

- ¿Donde dormiré yo?

Soltó el menor en una sonrisa y un suspiro.

Espera... ¿Qué?

Stupid Project [ Cancelada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora