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" Pase el boletín por la máquina de chequeo, me moví hacia delante cuando el botón verde indicó que ya podía pasar, estaba un poco apresurado ya que el capitán Singh me pidió que el informe de la victima de ayer estuviese listo para mañana temprano, aveces pensaba que el capitán no se daba cuenta que hacer los informes de las víctimas es difícil, tardado y se debe de hacer con bastante precisión para no cometer algún error o que algo se te pase desapercibido. En varias ocaciones he tratado de negarme y pedirle un poco más de tiempo pero la verdad es que el Capitan Singh me aterroriza y al momento de que el me ordenara hacer el informe en poco tiempo lo único que yo me disponía a hacer era asentir.
Así era la mayoría de veces en la vida del aburrido y buen Barry Allen.
En mi hombro llevaba colgado mi gran y pesado maletín lleno de evidencias del caso para poder terminarlo en mi departamento y así poder lograr entregarlo mañana, que eso sólo significaba una cosa, pocas horas de sueño para mi.
Sostenía mi maletín de la parte baja con mi mano para evitar cualquier tipo de accidente ya que de verdad, estaba muy pesado, no me sorprendería que termine con dolor de hombro. En mi otra mano llevaba conmigo el boleto del subterráneo. Había demasiada gente en la estación, como de costumbre.
Estaba buscando el número de tren en el que me tocaba subir en mi boleto hasta que un hombre chocó con mi hombro e hizo que tirara mi boleto, accidentalmente.
— Rayos — dije para mi mismo antes de agacharme y tratar de conseguir de vuelta mi boleto entre todos los pares de pies de las personas que estaban paradas esperando a poder entrar en su tren.
Cuando por fin logre recuperar mi boleto, me di cuenta que mi número de tren era el 17, por fortuna justamente ese tren estaba frente a mi, todas las personas anteriores comenzaron a abordarlo, así que yo también lo hice pero antes de que pudiera completar mi acción las puertas del metro se cerraron haciendo que la cuarta parte de mi maletín se quedara atascado.
— No no no — exclamé preocupado por la evidencia tratando de sacarlo, las puertas se volvieron a abrir liberando mi maletín haciendo que yo me impulsara hacia delante por estar halando de él. No caí pero quede como un torpe y raro enfrente de las personas que estaban cerca, aunque después de todo no era tan malo, así era yo, torpe y raro. Esa era la mejor descripción de mi.
Dejando pasar lo sucedido tome asiento, revise mi celular y no tenía ninguna notificación así que me dispuse a jugar con mi boleto de tren en mano, eso hasta que me percaté de una hermosa chica sentada frente a mi.
Llevaba puestas unas botitas color marrón, un pantalón de mezclilla, una blusa color negra, una bufanda de seda color verde menta se encontraba enredada delicadamente en su cuello y llevaba una chaqueta marrón puesta. En su mano se posaba un libro titulado "yo antes de ti", el cual estaba leyendo. Ese era un buen libro, recuerdo ya haberlo leído antes. Ella en si era simplemente hermosa, sus facciones eran tan finas, delgados labios rosados, ojos color avellana, cejas perfectamente delineadas y pecas en todo su rostro. Perfecta. No había otra palabra que encajara mejor con ella.
