-Siempre fuiste mi chico perfecto, Taehyung.
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✧ se mencionan los shipps liskook y vmin (!!)
✧ M-PREG(!¡)
✧ actitudes tóxicas y lenguaje vulgar.
✧ FINAL TRISTE (!!!)
HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA, YA NO SE PERMITEN COPIAS NI ADAPTACIONES.
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<Flashback>
Recién habían pasado unos cuántos días de haberse mudado a Seúl y la verdad, era una ciudad muy bonita y con muchos lugares que visitar pero ¿por qué sentía que algo faltaba?
Jungkook volvió a ser el de antes, besos y abrazos a cada rato, muchos muchos mimos y ya ni siquiera habían estado discutiendo ni su pareja le había levantado la voz de nuevo.
¿Realmente las cosas iban a mejorar en Seúl?
—Amor, estaba pensando en salir hoy para que conozcamos más la ciudad. —el de cabellos negros habló mientras observaba a su novio teclear en su teléfono. —Tal vez podamos ir a comer a alguna parte o no sé, lo que tu quieras.
Taehyung volteó a mirarle y una pequeña sonrisita se formó en su bonito rostro. —¿M-me estás invitando a salir?
Jungkook soltó una risa y se acercó al castaño para rodearle en sus brazos, no sin antes quitarle el celular de sus manos y colocarlo en su bolsillo del pantalón. —No seas estúpido bebé, claro que te estoy invitando a salir. —mordió su labio inferior tratando de esconder su sonrisa cuando vió como los ojitos de su chico brillaron. —Pero ya sabes mi vida, nada de teléfono mientras estás conmigo.
Advirtió y el castaño solo asintió con la cabeza, cegado por la extrema felicidad que estaba sintiendo en ese momento.
Tal vez no necesitaba a Park Jimin en su vida para ser feliz, tal vez Jungkook si estaba viendo a otra persona pero ¿qué más da?
Daría su vida por ese hombre.
꒱࿐♡ ˚.*ೃ
Wow, simplemente wow.
Jungkook realmente estaba a punto de desmayarse ahora mismo ya que sus ojos nunca habían visto un ser tan precioso como lo era Kim Taehyung.
Su chico, suyo.
El castaño traía puesto una blusa blanca Celine y unos pantalones color beige junto con un cinturón ajustando su cintura. Joder se veía tan precioso.
—Kook, ¡d-deja de mirarme así! —chilló Taehyung extremadamente avergonzado ante la atenta mirada de su novio. Bueno, tenía que admitir que le gustaba que Kook le mirara como si fuera su vida entera, aunque sabía que no era así.
El pelinegro le mostró su muy bonita sonrisa de conejito y le extendió la mano. —Te ves irreal hoy amor, me siento muy afortunado en tenerte a mi lado.
Sus miradas chocaron por unos segundos, ambos ojos brillantes y las miradas rogando que este momento nunca acabará.
Rogando que su amor durara para siempre porque mierda, eran tan felices.
