no soy ella 无 ➳ kookv EDITANDO Y RESUBIENDO

008

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Taehyung lucía como que quería llorar, realmente.

Jungkook literal había corrido a Jimin a casi golpes de su hogar. Estaba muy enojado pues, ¿qué se supone que debía pensar cuando había visto como el jodido "mejor amigo" de SU novio se estaba acomodando el pantalón? Lucía como, como que...le acababan de hacer una mamada.

—Es que, joder Tae. Enserio estoy muy decepcionado, enserio no me esperaba que me hicieras esto. ¿A mi? ¿¡A MI?! —golpeó la pared y mordió su labio, tratando de contenerse. —Eres una puta, realmente una puta.

Taehyung ya con lágrimas en sus ojos negó, y casi casi gritó; — ¡No soy una puta Jungkook! ¡Déjame explicarte como realmente sucedieron las cosas!

—¡NO ME IMPORTA JODER! ¡ME VALE UNA PUTA MIERDA LO QUE USTEDES HAYAN HECHO!

—¡PERO NO HICIMOS NADA PUTA MADRE!

Jungkook con su lengua golpeando el interior de su mejilla, se acercó a su novio y le tomó bruscamente de la nuca. —No me grites, maldita sea. No tienes ningún puto derecho de gritarme, ¿entiendes?

Colocó sus grandes manos en el cuello de Taehyung, quien no dejaba de temblar y llorar en silencio. Cerró sus manos, ahorcándole y sonrió al ver como Tae soltaba un jadeo adolorido. —No me importa que ustedes hayan cogido, o que tu se la hayas chupado. Eres mío. ¿Comprendes, mi amor? Puedes coger con quien se te de la puta gana pero sabes muy bien que dependes de mi, lo sabes perfectamente.

Taehyung se estaba odiando tanto en ese momento, quería gritarle y decirle que él no le pertenecía a nadie, que el y Jimin no habían hecho ni una mierda.

Pero tenía miedo, mucho miedo.

Jamás había visto a Jungkook tan enojado. Sabía que el pelinegro era un posesivo de mierda y a veces tenía como ataques de ira, pero esto era demasiado.

—¿Te quedó claro, putita?

Taehyung no tuvo de otra más que asentir pues sentía que su garganta se cerraba. No podía respirar, pues el fuerte agarre en su cuello no lo dejaba.

—No escucho.

—Si, Jungkook.

El mencionado sonrió y soltó su agarre, plantándole un beso en la frente y labios de su novio. —Así me gusta.

Jungkook le sonrió una última vez antes de caminar hacía al baño y encerrarse ahí.
El castaño se deslizó en la pared y tomó sus rodillas juntándolas a su pecho. Las lágrimas nunca habían parado de caer, y se odiaba por ser una persona tan débil.

—Esta bien, esta bien. —trató de calmarse, mientras escuchaba de lejos su celular vibrar. —Fue mi error, por eso se enojó. El me sigue amando, ¿verdad? Jungkook jamás me haría daño.

Bueno tal vez Jungkook podía desquitarse con él cuando se enojaba, pero ¡nunca le había llegado a golpear!

—Te amo demasiado Jungkook, por favor no me rompas el corazón.

Habían pasado unas cuantas horas desde lo sucedido. Jungkook estaba más calmado, y eso le ponía menos nervioso.

Bueno, Jungkook le había quitado su celular, no sabía para que pero no quería llevarle la contraria así que sin pensarlo se lo dió.

—¿Quieres salir a comer o algo? Estás muy callado.— Jungkook habló mientras se recostaba al lado del castaño, quien estaba boca abajo con la cabeza recargado en la almohada. Sus mejillas estaban llenas de lágrimas secad y sus ojitos seguían hinchados y llorosos. —¿Qué pasa bebé?

No, no me hables así de bonito porque solo me haces ilusionarme más.

"No puedo odiarte, jamás podría llegar a odiarte."

—Solo estoy cansado, tengo mucho sueño. —murmuró bajito Tae, y tembló cuando sintió las manos de su novio en su cintura, abrazándole.

Hacer cucharita con Jungkook se sentía muy diferente a hacerlo con Jimin.

—Si es por lo de antes...

—Esta bien Kook, me lo merecía.

Ninguno de los dos dijo nada, y Taehyung se removió, volteando su cuerpo para estar de frente con Jungkook. Este lo miro un poco sorprendido, pero siguió sin decir nada.

—Jungkook, ¿tú me amas?

El de cabellos negros parpadeó repetidas veces e hizo una mueca. —Qué clase de pregunta es esa Tae, sabes lo mucho que te amo.

Taehyung sonrió, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas otra vez y espero a que Jungkook se las limpiara como siempre lo hacía, pero esta vez solo se había quedado quieto mirándole.

—Yo también te amo.

Y no tienes idea de lo qué haría por ti.