"Por conocerte y ser capaz de tocar tu cabello
Por conocerte y poder respirar, mirándonos el uno al otro
Por abrazarte y poder llorar cuando las cosas se ponen difíciles
soy tan afortunado."
ChanYeol suele recordar mucho.
Suele sujetarse a remembranzas de ellos juntos, esas que son la calidez más inmediata en un mundo donde incluso la época veraniega es gélida y miserable para tipos como ellos.
¿De qué suele acordarse, a la vez que su pulso corre como si estuviera reviviéndolo?
De las iniciales miradas inocentes en apariencia que eran en realidad clandestinas, de los roces instantáneos junto al ocasional "oops, lo lamento, soy tan distraído" y la misma sugerencia que contestaba de vuelta "descuida, también me suele pasar (aunque más contigo)". De los besos fugitivos, del primero que compartieron cuando BaekHyun lo estrelló con intensidad contra un casillero a pesar de su corta estatura y luego en la mejilla lo besó. De cómo ChanYeol no le dejó ir después de eso y lo tomó torpemente de los hombros para robarle otro de esos. De cómo tuvieron que alejarse bruscamente en cuanto un par de estudiantes atravesaban el pasillo. De sus rostros ardiendo y sus corazones acelerados sin compasión, pretendiendo no conocerse el uno al otro y así pasar desapercibidos. De las miradas silenciosas en cuanto el pasillo estuvo desierto una vez más y las carcajadas a rienda suelta que no pudieron contener por su inocente torpeza de encubrir sus actos impuros.
Y de todo lo que aconteció mucho después a raíz de esto.
Se acercaron el uno al otro estando en público. Y en medio de la masa de alumnos ellos se convirtieron en simples amigos, excéntricos y semejantes y muy unidos. Era común ver a BaekHyun llamar al alto con motes adorables mientras le pellizcaba una mejilla y luego depositaba un beso estruendoso y bromista en el mismo lugar. Era tan normal ver a ChanYeol ruborizarse porque era un chico tímido al que no le gustaba demasiado el contacto físico.
Nadie preguntaba.
Todos volteaban luego de eso la mirada como si nada.
¡Tan ignorantes!... porque de no haberlo sido habrían visto cómo los ojos de ChanYeol se iluminaban con una descarga de energía al mirar al más pequeño estrellar los labios en su pómulo. Y de cómo BaekHyun temblaba ligeramente por realizar una acción tan osada a la vez en público.
Pero, por su bien, era mejor que todos fueran así.
Que no observaran lo que se efectuaba bajo perfil, incluso si ver a ese par era como mirar agua hirviendo desbordándose de su envase. Agua que no supo mantenerse quieta, que borboteó y goteó con ansias y siempre quiso derramarse en la supremacía de la libertad que por derecho a todos les es concedida desde el momento de nacer.
A todos, al parecer, pero por alguno razón ellos quedaron exentos de tal privilegio.
—Está bien, Yeol —siempre con su característica voz burbujeante solía decir el más pequeño—. Un día creceremos y nos iremos lejos. ¿Esperarás hasta entonces?
Y ChanYeol le solía responder que sí. Efusivamente al principio, y decayendo meses después.
¿Esperarás hasta entonces?
¡Por supuesto, Hyunnie!
¿Esperarás hasta entonces?
Claro que sí~. Ya lo sabes.
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Adiós. ¡No, hasta pronto! ; chanbaek
Fiksi PenggemarEn su juventud nunca pudo dejar que BaekHyun le dijera «no es adiós, sino hasta pronto». Y ahora ChanYeol a sus veinticuatro desea tanto poder decírselo.