Vicios y poderes (Vol. 1)

Libido

Han pasado tantas noches desde la primera,
que ahora entiendo que no es normal,
pues a veces he dicho que las deseo,
aunque cada mentira pueda ser fatal.

Deben saber que es casual,
pues soy un impostor hasta los huesos,
de esos que en la cama alimentan su ego,
y nunca van a ver más.

Desde hace tiempo esa es mi forma de actuar,
para bien o para mal.

El placer me ha dado tanto,
pero me ha quitado una que otra habilidad,
principalmente la de amar,
pues ahora solo me importa lo banal.

No quiero que le den valor a ese momento,
para que no se conciba un sentimiento,
aunque casi siempre suceda,
es lo que menos recomiendo.

Verdades he descubierto con este desastre,
el deseo nunca había sido tan enfermo y constante,
en noches donde muestro mi peor versión,
mientras mis vicios se salen de control.

La realidad no es que duela sino que es necesaria,
y por ahora solo anhelo disfrutar de tu cuerpo,
y de todo lo que hacemos en la cama,
mientras nos ven las almohadas.

Los besos pueden ser mi mejor carta,
para que no abunde tanta crueldad,
en noches donde muestro mis jugadas,
con deseos de que todo sea casual.

Puedo decir que son tan hermosas,
hasta decir que me he podido enamorar,
pero todo eso sería mentira,
pues el cinismo se sobrepuso a mi honestidad.

Y pues a decir verdad,
para mí nadie vale la pena ya.

Aún recuerdo cuando me interesaba la exclusividad,
que cada sentimiento era especial,
eso fue antes de que la desdicha pasara por acá,
pero ahora no cambio tantas noches de placer por lo normal.

Si han pasado tantas lunas, ¿para qué volver atrás?