Capítulo X

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Las siguientes semanas fueron difíciles para MinHee, en la escuela la tachaban de homosexual por lo cual recibía varios insultos y algunos golpes "discretos". Claro que a la muchacha no le molestaba que le dijeran lesbiana o sus derivados, lo que le jodía eran los insultos acompañando a esa clasificación y los golpes.

Al principio, las primeras semanas, se defendía, pero luego, los siguientes meses, ya comenzó a ser todo más difícil, golpes por parte de chicos más fuertes que ella, los cuales la amenazaban con diversos y peores castigos si abría la boca para pedir la expulsión de sus agresores.

Por alguna razón alguien escuchó su pelea con Jungkook y también comenzaron a tacharla de zorra y luego de emo suicida debido a los cortes en sus muñecas para intentar liberar el dolor.

Ya no hablaba con nadie, no era la chica feliz que conocían. Yoongi se sentía culpable y frustado por no poder ayudar a su hermanita, ya que esta no hablaba y no sabía cómo ni con qué ayudarla.

《Eres una estúpida》

Nisiquiera su conciencia estaba a su favor.

Zorra

Estúpida homosexual

Lesbiana idiota

Puta

Idiota

Ahí está la homosexual suicida

Miren a la idiota

Esos y demás horribles insultos recibía MinHee a diario.

-¿Por qué?- Se preguntó mientras terminaba de quitarse su ropa en el baño que se encontraba dentro de la habitación donde la adolescente dormía. Tomó entre sus manos su navaja, una vez que terminó de quitarse la ropa, y comenzó a hacer pequeños cortes en su delicado cuerpo.

Su piel blanquecina era manchada por el espesa sustancia bordo. -¿Por qué no pudiste hacer nada estos 6 meses?- Otro corte. -¿Por qué te alejaste de todos?- Otro más. -¿Por qué lo alejaste a él?- Se metió en su bañera y allí se recostó mientras lloraba. Estaba harta de todo, su mente y cuerpo ya no resistirían un solo golpe más. -Perdón Yoongi oppa... perdón chicos... y, por sobre todo, perdón MinHee. Perdón por dejarte confiar en él.- Suspiró y sus párpados fueron cerrándose poco a poco. Su hermano había salido y no había forma de que pudiera salvarla. Ella ya había aguantado demasiado, no quería aguantar más. 















Narración Jungkook.

Sabía sobre todo el daño que recibía MinHee, pero no podía hacer absolutamente nada. Es muy difícil ayudarla si te tienen encerrado en un cobertizo atado y sin mucha comida.
Pero hoy, eso acabaría. Llevaba unos pocos meses formulando un plan y hoy era el día de ejecutarlo.

1

Vamos, tu puedes Jungkook.

2

No te acobardes, recuerda por quien haces esto.

3

No puedo, no puedo hacerlo...

4

Claro que puedo, por ella puedo todo.

5

No hay vuelta atrás.

Ya.

Conseguí abrir la jodida puerta y escapar. Comencé a correr directamente hacia la casa Min. No podía perder tiempo, por más que los golpes que recibía por intentar escapar las otras veces dolían, yo no paré.

Llegué a la casa que hace mucho tiempo no veía, vamos, hace mucho no veía el exterior al fin de cuentas. Toqué la puerta; "Primero intentemos por las buenas" . Nadie abrió. Volví a golpear y esperé, nuevamente nadie abrió.
-Al carajo, ya no tengo tiempo.- Pegué la vuelta y entré por la puerta trasera. Aish, el día que los Min cierren esa puerta con llave, se acabaron mis visitas nocturnas para revisar el daño que recibía mi pequeña.

Subí sin hacer mucho ruido hasta el cuarto de mi chica y al no verla allí me asusté, hasta que escuché el agua cayendo en la ducha.
《Se está bañando》
No sé la razón, pero eso no era lo que yo pensaba realmente.

En pocos segundos ya me encontraba abriendo la puerta del baño. Seguido de eso miré al suelo y vi su ropa tirada en el mismo junto a una navaja... con sangre. Seguí recorriendo el baño con mi vista hasta ver dentro de la bañadera. MinHee se encontraba dentro, con sus ojos cerrados.

-No. No. No.- No la iba a perder. Importando poco su desnudez entré del todo al baño y fui junto a ella. Se notaba más pálida que de costumbre. Conseguí quitarla del agua y fui a recostarla en su cama. Su cuerpo era cubierto por una toalla y yo me encontraba intentando escuchar su corazón o sentir su pulso.

Sonreí el encontrarlo, era débil, pero ahí estaba. Cerré mis ojos conteniendo las lágrimas de felicidad y tristeza juntas y me acerqué a ella. -No me odies- Dije y junté nuestros labios dándole aire para luego hacer presión en su corazón.

Una luz cruzó mi cerebro y corrí al baño por el botiquín. Tengo que detener el sangrado de sus cortes o morirá por desangración. Una vez que lo encontré volví con ella y vendé sus heridas para luego volver a darle respiración boca a boca. -Que funcione, por Dios.- Una última y el cuerpo debajo mío comenzó a toser e intentar respirar con normalidad. Rápidamente la senté en la cama y comencé a frotar su espalda susurrando un par de cosas.

No lo Lograrás (Jeon Jung Kook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora