(♢)ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ ﹠ ʙᴇ ʟᴏᴠᴇᴅ ┊xiuchen;;

₁₉₄₉

  Carry me up them stairs with my white socks on
And my pretty song,
You like my blue nail polish,
"What is all this?" you said
"the mess upstairs"
Don't be scared.  

1949 by Lana del Rey.

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Jongdae no había querido ir a pasar vacaciones junto a sus tíos. Pero a pesar de sus rabietas y pataletas sus padres no cambiaron de opinión, ambos querían ir a la maravillosa casa al norte de Milán de sus tíos, y como no, a él también le emocionaba salir de su ciudad, pero Jongdae no deseaba por nada del mundo encontrarse a su primo tres años mayor que él, Minseok.

A Jongdae le jodìa Minseok, había visto a su primo en pocas ocasiones pero este siempre se mostraba arrogante, se burlaba de él con frecuencia y lo miraba con superioridad; Jongdae jamás aprendió a defenderse o hacer algo al respecto, era tan tímido que tan sólo sabia irse huyendo despavorido mientras le daba más razones a su primo de burlarse de él. Y ahora, a sus 17 años no había cambiado ni un poco, seguía siendo extremadamente tímido y solía siempre esconderse en sus libros, Jongdae no quería ni pensar en cuento habría cambiado Minseok, no era ningún secreto para él que su primo era atractivo, tal vez demasiado, así como tampoco era un secreto su fama de estar con muchas chicas a la vez, a Jongdae le avergonzaba pensar en que podía sentirse medianamente atraído a la persona que lo molestaba y debía de tener a toda Italia a sus pies, aun mas cuando él apenas había besado a una sola persona en su vida y fue en la mejilla.

Tomó todos los libros que su bolso podía cargar pues prevenía que aunque su familia disfrutara de fiestas y ambientes sociales, él leería, tratando de pasar lo más desapercibido posible, sin ser notado por sus familiares o por Minseok. Peinó su cabello, lo había teñido de un color negro azabache que según su madre hacia relucir sus ojos, llevaba una camisa sin magas que se ceñía a su cuerpo y daba en evidencia su pequeña cintura, odiaba tanto la forma de su abdomen, esperaba que Minseok no lo notara.

—Debemos irnos. —Avisó su madre en el umbral de la puerta de su habitación.

Asintió y dejó de mirar su reflejo en el espejo, pensó que no había cambiado mucho y no sería notado por su primo, y eso era bueno.

Apenas notó la gran casa que parecía una mansión, sus nervios comenzaron a ser evidentes, para su fortuna, sus padres se encontraban muy ocupados sacando sus maletas como para notar que su hijo temblaba en los asientos de atrás del auto. Respiró profundamente y trató de relajarse, no podía esconderse allí por siempre.

—Jongdae, cariño, ya puedes bajar. —Su madre amablemente abrió la puerta, se obligó a sonreír y bajo del auto.

Sus suelas hicieron contacto con la grama del gran terreno de la mansión, pudo notar que sus tíos se hallaban en el pórtico con una gigantesca sonrisa sin rastro de su hijo. Se permitió relajarse, y caminó junto a sus padres en dirección a sus dos sonrientes tíos.