Lo habría perdido de vista, no encontraba a James entre la cantidad de gente que se encontraba en esa casa.
Daniel sentía como la sangre corría por sus venas mucho más rápido de lo normal, como su corazón latía de la misma manera, todo su cuerpo parecia arder, incluso estaba seguro de que sus pómulos se habían vuelto colorados, notable debido a su color de piel; pálida como Blancanieves.
Tomó velozmente un vaso a medio tomar de la mesa cerca a él y comenzó nuevamente en su búsqueda interminable al chico que le había dicho que era lindo.
James creería que era lindo, y no tuvo miedo a decírselo, esto quiere decir que James es abiertamente gay, que e su cerebro no había perdido esa parte de él, por lo menos.
Como perderla? El joven gritaba HEY SOY GAY con tan sólo mirarlo.
Su pensamiento lo hizo reír. Eso, o era el vaso de puro vodka que había tomado como si fuera agua tras un largo entrenamiento. Como sea, riéndose a si mismo, Daniel siguió escabulliendose entre las personas que bailaban al ritmo de música pop-electrónica. El amaba ese tipo de música pero no podía parar a bailar ahora mismo.
El joven desesperado apareció cerca de una piscina bastante larga y grande, iluminada por seis faros de luz, dándole ganas de sumergirse en ella a cualquiera de la fiesta. Pero no a él, él ya había encontrado su objetivo.
James estaba del otro lado de la piscina bailando y cantando como si no hubiera mañana con su mejor amiga.Pero no estaban solos.
Recordó el tercer rostro, recordó el sentimiento que lo inundó esa ocasión cuando había aparecido por primera vez, esos celos inexplicables y mudos.
Leo estaba danzando junto a Nicole y James.
Pero mucho más cerca de James.
Muy cerca.
Literalmente estaba apoyándose en el, su cuerpo estaba por unirse al del chico que el quería.
- Mierda. - susurró, lamentándose por lo que estaba por hacer. Se puso firme y fue directamente hacia el otro de la pileta. Y por firme me refiero a intentar hacerlo, un vaso de vodka puro no es el mejor amigo de un hombre celoso y despechado, listo para luchar por el corazón de su príncipe.
Daniel no lo logró, no logró llegar al otro lado de la piscina debido a que su equilibrio era demasiado inestable y cuando vio a Leo besando a James, todo su cuerpo parecía hundirse. Es decir, se hundió, literalmente, en el agua que pareció tragarlo sin preámbulos.
La gente se reía pero Nicole, James y el otro idiota lo ayudaron a salir de ella. Principalmente Leo, se había tirado a la pileta para poder rescatarlo. Probablemente lo hubiera agradecido, pero era él, quien estaba besando a la persona que Daniel quería.
Leo, Nicole y James se encontraban alrededor del joven mojado, ebrio y enojado.
O celoso.
Es casi lo mismo, el enojo viene de los celos. Y los celos... bueno los celos son una manera tóxica de expresar el miedo que uno tiene a perder a alguien. Probablemente, nacen de la inseguridad de uno mismo, y todos sabemos que no es la mejor manera de demostrar ese miedo. Pero simplemente pasa, ese calor que recorre el cuerpo de uno, como la garganta parece cerrarse repentinamente y como la mente de uno empieza a funcionar muchísimo más rápido que otras veces cuando ve algo que podría tener que ver con la persona a la que amas, junto a otra.
Falta de confianza en uno mismo, o en el otro es una de las razones por la cual este inevitable sentimiento surge, e incluso aunque todos sepamos lo dañino que es sentir celos, simplemente surge sin previo aviso, rompiendo con todo lo que uno intenta construir. Confianza.
Daniel y James no eran nada. El no debía sentir celos por Leo, porque el joven que alguna vez estuvo enamorado de el, ya no recordaba nada de cada momento vivido.
- Estas bien? - dijo James cuando vio que Daniel comenzaba a abrir sus ojos.
- Podría estar mejor - susurró, forzando una sonrisa e intentando levantarse, lo cual era muy poco probablemente tras el nivel de ebriedad e inestabilidad emocional que tenía encima.
- Te llevamos a tu casa, no tengo problema. - comentó Leo. Y los ojos del joven borracho se abrieron de pronto y recordó el beso entre el y el amor de su vida.
- No lo entiendo, sabes? - comenzó a hablar, sabiendo que se iba a arrepentir de todo esto. - Cómo es posible? Cómo es posible que te olvides de mi tan fácil? Cómo es posible que sea tan reemplazable? Se que no fui bueno antes, pero estoy acá, estoy acá intenando todo para que me recuerdes, porque no lo he hecho en este tiempo para respetar tu espacio pero ya no puedo más.
Daniel había metido la pata, pero sus lágrimas eran reales, reflejo de la desesperación que sentía.
Tal vez debió esperar antes de decir algo.
Tal vez debió seguir su plan de ir lento, pero fue un conjunto de sentimientos imposible de frenar, imposible de contener.
Daniel Fray era una bomba de sentimientos.
Y explotó.
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Tal Vez Si Importaba
Teen FictionREALMENTE NO ME IMPORTA #2. Después del accidente de James, Daniel Fray, su mejor amigo y su posible " algo ", debe enfrentar su vida con alguien que no recuerda nada sobre el. Memorias y sentimientos perdidos. Será capaz Daniel de preocuparse...