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Lugar desconocido, EE.UU; 24 de septiembre de 1984


-"Acá Bravo 342 con personal militar. Solicitamos vectores de acercamiento"

-"Acá Torre de control Deception Ridge. Vectores hacia pista V34 enviados"

-"Vectores recibidos. Procedemos a efectuar un aterrizaje VTOL"


Un V-22 Osprey cargado con 75 guardias de seguridad de la CIA contratados por la NSA aterriza en una pista de aterrizaje VTOL retráctil en una base secreta del gobierno estadounidense, llamada en clave "Deception Ridge", en alguna parte de las mesetas sedimentarias que abundan en el estado de Colorado. Realmente Alexéi Vasiliévich Viazmanov no sabía con certeza a dónde había ido a parar, pero sí conocía en forma general los planos de la estructura y sabía que debía robar un dispositivo contenido en un maletín con sellado de vacío, tal vez un arma biológica, para el servicio soviético de inteligencia, el Comité para la Seguridad del Estado (KGB por sus siglas en ruso) Tenía un inglés fluido, casi natural, no tenía acento perceptible al hablar en inglés, su apariencia distanciaba mucho de la de cualquier agente eslavo que la KGB hubiera puesto antes en territorio estadounidense, y aparentaba una serenidad imperturbable aún si colocaban una pistola en su cabeza, a pesar de que por dentro estuviera muerto de los nervios. Estos aspectos le sumaron muchos puntos para ser seleccionado como infiltrado en la operación "Néfilim" del comando de inteligencia "Výmpel" del Spetsnaz, que buscaba retirar del poder de la CIA a 19 presos de origen ruso, acusados de espionaje, además de la ejecución de un posible desertor, Sérguei Krivoyev, quien habría avisado a la CIA las intenciones soviéticas de invadir Afganistán. Viazmanov tenía un profundo terror sembrado en sus recuerdos de la infancia, ya que mataron a su madre el mismo día que se mudaron de Sychévka, en la parte europea de Rusia, hacia la ciudad secreta de Norilsk, a pocos kilómetros de la costa ártica. Sentía un inmenso pánico al ver cómo cambiaba de paisaje, pero su aplomo era mucho más que su fobia infantil y pudo controlarlo, o al menos, aparentar que lo controlaba. Bajó del Osprey, mareado por el ruido de las hélices, para organizarse con sus "compañeros", recordando que no era Alexéi Viazmanov, agente de la KGB e infiltrado del Spetsnaz, sino Alex Johnston McBeret, comando especial de la CIA y guardia contratado de la NSA para la vigilancia de los recintos de máxima seguridad del gobierno de EE.UU. Había pasado 3 años con esta identidad en EE.UU, fingiendo haber nacido en Bowling Green, Kentucky y haber estudiado en Vanderbilt, tener una familia con 2 hijos que vivía en protección de testigos y, sobre todo, tener fidelidad ante la "promesa" a la CIA que no hablaría con nadie. Había ingresado a la CIA y cuidado las instalaciones bacteriológicas de Hollow Cave, en Arkansas, durante 6 meses. Por fin estaría en su verdadero objetivo. Estaba muy feliz de regresar a la URSS dentro de poco, ya que no había visto a su esposa en más de 3 años. Ella, Elena María Viazmanova (de soltera Salcedo), era oriunda de Santiago de Cuba y había sido enviada por Fidel Castro en persona para participar en el programa soviético de inclusión espacial internacional, Interkosmos. Vivían en la ciudad secreta de Leninsk (actual Baikonur) debido a su cercanía al cosmódromo donde ella trabajaba y a la base del KGB donde él recibía los detalles de las misiones. Pronto Viazmanov volvería a estar a su lado, pero tenía un enorme inconveniente: salir vivo de la misión. A su derecha estaba Krivoyev, un eslavo con barba que rozaba los cincuenta años y tenía múltiples cicatrices en toda la cara. Era obvio que, si había desertado, era por las torturas a las que lo habían sometido. Tenía varios "amigos" entre los 75 presentes, pero cambiaría todo esa noche, y esa situación sólo podía tener dos desenlaces: o ellos morían, o el lo hacía.  De repente, un hombre con lentes, una gabardina negra con las insignias de la NSA y una nariz torcida hacia arriba, empezó a decir, lacónicamente:

-Números 00238, 00373, 00382, 00384, 00649, 000847, 00023, 01183 y 00323, movilicen hacia Ribbon I, ala 72, nivel 8, por petición expresa de la CIA. El resto, a Jericho I, ala 3, nivel 1. Rápido.

Viazmanov, de número 00373, se sentía satisfecho de la eficiencia de la KGB en interferir en los asuntos de la CIA; había sido enviado directo al área de investigación donde se hallaba el paquete. No obstante, había una pequeña desavenencia en la ejecución del plan: si el entraba en el complejo, no tendría casi ninguna oportunidad de salir de ahí. Este era el porqué:

El complejo Deception Ridge era, sin lugar a dudas, un lugar enorme. Según los planos que Viazmanov había tomado en Hollow Cave, le tomaría 47 minutos en el ascensor de alta velocidad bajar hasta el nivel 8, y de ahí tendría que recorrer más de 13,5 kilómetros en ductos de transporte tan anchos como una avenida del centro de Moscú. El complejo medía más de 400 kilómetros de diámetro y su último nivel, el nivel 18, transcurría 2,5 kilómetros por debajo de los suburbios de Denver. Era un lugar bestial. Y para Viazmanov, el último lugar en donde querría robar un dispositivo químico de interés nacional sin apoyo y sin apenas protección. Tenía una pistola CZ-75 de bajo perfil, de fabricación checoslovaca, escondida entre su chaleco de kevlar, para enfrentarse a los 170,000 potenciales guardias que estarían en el recinto. Necesitaba apoyo urgente, maldición. Viazmanov entró con Krivoyev, número 01183, y los demás guardias al ascensor. Tras cerrar la puerta, se activó el piso magnético y fueron inyectados hacia los niveles inferiores. Tras los previstos 47 minutos de bajada, el ascensor se detuvo bruscamente, generando un cómodo tinitus en el oído derecho de Viazmanov, quien abrió la puerta del ascensor y se encontró con un par de militares, un anciano con una bata blanca, dos cajas de armamento, varias bolsas de lona militar y un róver con apariencia espacial. Los militares entregaron por números las previsiones, consistentes en un fusil semiautomático FN FAL modificado con mira AGOG y lanzagranadas, una pistola de gran calibre Desert Eagle, de fabricación israelí y una escopeta SPAS-15, con cargadores ampliados, una mira EDTech y una agarradera vertical. Sumado a los 7 kilogramos de municiones y al refuerzo del blindaje contenido en las lonas, Viazmanov había conseguido mucho armamento, pero los demás deberían estar armados de igual o mejor forma. Mientras pensaba en una forma de solventar eso, el anciano se había subido, con mucha dificultad, en el róver. Al recibir la seña de que subieran, Viazmanov dio un respingo que supo disimular de una manera excelente, haciendo parecer que se trataba del peso de su equipo, que no en vano pasaba de los 19 kilogramos. Subió al róver, intentando plantear una solución al asalto. A unos 300 metros de la entrada a Ribbon I [72], empezó un olor fétido, repulsivo, que se intensificaba mientras el róver frenaba lentamente. A los 20 metros el hedor era más que penetrante, aunque no era muy claro. El anciano abrió las puertas de la entrada y entraron a una cámara de esterilización en la cual estuvieron alrededor de 30 minutos, en los cuales el extraño olor pasaba a ser vomitivo, casi inaguantable. Al término de la desinfección, las compuertas  se abrieron. La visión de la que gozaba Viazmanov se nubló debido a la morbilidad del panorama. Era algo brutal, inhumano hasta lo imaginable. Apenas sus piernas decayeron, sólo pudo vomitar.

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⏰ Last updated: Jun 27, 2018 ⏰

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