Preocupación.

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Una semana y no se digna a aparecer. Esa estúpida. ¿Acaso no tiene cerebro para pensar?

Un ruido hizo eco en la habitación.

El celular.

Rápidamente saqué el celular de mi bolsillo y al ver el nombre que aparecía en la pantalla una mezcla de alivio y enojo se acumulo en mí.
Al menos hasta que contesté, donde le dí paso a las lágrimas de dolor y la impotencia que me dió.

<<"Lamentamos mucho lo que tenemos que comunicarle. Pero su nombre venía en una carta que encontramos, y siendo su contacto el único en el celular no tenemos opciones viables. La propietaria de este celular ha fallecido. Por eso le pedimos de favor que venga al hospital... a identificar el cuerpo.
Gracias, y realmente sentimos la pérdida.">>

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