Día 0

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Hoy fue el día de la iluminación, de recordar qué me hace ser yo y qué no, qué es lo que realmente me gusta hacer y decir, las cosas que pienso.

Es el día de dejar ir todo eso que me amarra a lo que no soy. Lo siento si ya no cumplo expectativas o si cambia el concepto que tenían de mí, pero casualmente esta es mi vida, y la única capaz de decidir y opinar sobre cómo vivirla, cómo la ha vivido y lo que espera obtener a futuro soy yo.

Recordé que hacer ejercicio me motivaba, me hacía sentirme saludable y activa, y fue algo que en un momento me ayudó a salir del hueco en el que estaba, y me ayudó a verme como alguien valioso. Bailar siempre me ha encantado, y me ha hecho sentir invencible. Escribir ha sido mi salida a los malos momentos, me va mejor escribiendo para desahogarme que llorando. Vestirme bien para mi, entender que no hay nadie más a quien complacer que no sea a mi misma.

Pensar en todo esto, en lo que me hace ser yo, me ha hecho ver que soy un ser muy amplio, que debería darme una oportunidad, no sé, puede que me guste lo que me encuentre y lo que pueda lograr, y con algo de tiempo, me enamore de mi y de todo lo que tengo para dar.

Tuve bastante ayuda para ver todo esto, y no puedo ser ingrata y no reconocer que sola no lo habría visto ni porque lo hubiese tenido en frente. 

Gracias a esa ayuda estoy empezando a ver que me estaba observando de forma incorrecta, me observaba con microscopio, cuando requiero de un telescopio.

Me veía muy pequeña, reducida; y realmente soy más grande de lo que yo misma imagino.

El camino de vuelta a míWhere stories live. Discover now