Capítulo 9.

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By Jin.

Los días pasaban y las cosas se ponían más mierda cada vez.

Tae era el hermano ejemplar frente a nuestros padres, conversaba con naturalidad conmigo y con Kook, se portaba genial estando los tres juntos haciendo cualquier actividad, incluso se había ofrecido a ayudarme a estudiar un poco ya que yo quería tomar la carrera de psicología y él estaba dispuesto orientarme, habíamos llevado a cabo algunos juegos deportivos juntos y un sin fin de actividades de tres que no había momentos para descansar o pensar, era como si lo pasado no hubiera sucedido... Hasta que volvíamos a la habitación.

Él y Kook se habían hecho, prácticamente, inseparables, ambos hablaban demasiado, salían a correr todas las mañanas y no faltaba el momento en que dedicaban una demostración de atracción frente a mi, llegué al punto de fingirme dormido mientras escuchaba el sonido húmedo de sus besos y la fricción de húmedos labios sobre la carne... No sabía quien se lo hacía a quien y no quería enterarme.

Yo había cambiado mi táctica al cabo de una semana, vi que hacerme el ofendido no funcionaría en nada y que con ello Kook sólo ganaba más terreno, estaba siendo olímpicamente despreciado por Tae al tener a Kook cerca de él.

Realmente ya no sabía por que lo estaba haciendo, no sabía si era por que el idiota de Tae me había humillado aquel día o por que ya no sentía el deseo de ninguno de ellos puesto en mi y eso era el peor golpe que había recibido en toda mi vida.

Por eso había buscado la forma de acercarme a Tae en cualquier oportunidad, era obvio que no me negaba su cercanía, no me negaba una poca de su atención pero no me era suficiente. Había tocado fondo.

Siempre pensé que debía ser a mi a quien buscarán, a quien quisieran impresionar o a quien le rogaran por un poco de atención... Ahora estaba del otro lado de la historia.

Había llegado al punto de ser un insinuante sutil, ganándome un par de palmadas en en trasero, algunos besos sucios tentando a la suerte y un par de arrimones del paquete de Tae contra mi trasero, jugando a discreción frente a los presentes, tratando de que Kook no lo notará en demasía para no verme en el lugar de puta que había adoptado en todo esto, haciendo es esto una persecución carnal ante los presentes, escondiendo lo que hacíamos incluso por debajo de la mesa... Todo provocandonos, todo incitandonos, todo llevándonos al borde pero jamás culminando.

Esto me estaba poniendo como loco. Necesitaba acabar y llevar a Tae conmigo, necesitaba terminar lo que comenzaba, aquello que me había hecho perder la cordura y el raciocinio, y satisfacerme por fin. No podía seguir con calentones día tras día que sólo bajaban con una ducha de agua helada y una sesión salvaje de amor propio, necesitaba bajarlos como es de ley.

Me había vuelto una sucia zorra cualquiera.

Y, aunque eso me avergonzada demasiado, sabía que no era suficiente, aun no tenía a Tae a mis pies como deseaba. Entonces no podía rendirme ni dejar que Kook me ganará lo único que deseaba en estos instantes.

- ¡Oh, Jin, cariño! - la voz de mamá me hizo levantar la vista, volvía a casa luego de pasar un par de horas hablando con Byul.

Le había informado sobre su vuelo y esas cosas, mamá lo había preparado todo para que llegarán en dos días, Byul, el gordito, el rubio y el guapo amigo de Kook.

Esperaba que toda la frustración se me pasará hablando con ella pero no funcionó, estaba volviéndome loco.

- Hola mamá - salude con calma.

- ¿Te sientes bien cariño? - Pregunto tocándome la frente.

- Si mamá, sólo estoy algo cansado, entrenar con Kook y con Tae me ha agotado bastante - respondí desganado.

En Casa. ADAPTACIÓN. TaeJinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora