Pleito sin sentido

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Bakugo Katsuki podría decir de manera orgullosa que le encantaban las comidas picantes. El sabor que dejaba en su paladar era exquisito, la manera en que lamía sus labios estando presa del sabor embriagante, era simplemente una sensación perfecta. Inclusive no le importaría desayunar, comer y cenar todos los días con comida picante. Desgraciadamente, su pareja, Todoroki Shoto, no era tan amante de la sensación picante que Katsuki tanto disfrutaba.

Con veinticinco años se podría inferir que ambos eran adultos maduros y con la capacidad de razonar  lo suficiente como para no ocasionar riñas por motivos tan triviales, banales o simplemente, estúpidos. Al menos, eso pensaría alguien al decir su primera impresión de aquella rara pareja.

— ¿Listo? — preguntó Todoroki sonriendo de manera cálida.

— Listo.

Bakugo hizo una mueca, algo que parecía una sonrisa, pero Shoto no podría estar muy seguro.

Justo ese día, a esa hora, cumplían  cuatro años de relación. Cuatro largos de los de aventuras y desventuras, momentos buenos y momentos malos. Amor y peleas, cariños e intimidades. No podría haber suficientes características para describir todo lo que había pasado en su relación en esos cuatro duros años. Sin embargo, lo que ambos podrían decir con certeza es que volverían a hacer todo de nuevo si aquellas decisiones pasadas terminaban en aquel grato resultados.

Quizás Bakugo se arrepintió de una sola cosa esa noche.

— ¿Y?, ¿Que preparaste? — preguntó Bakugo mientras se sentaba en una silla del lado izquierdo de la pequeña mesa para cuatro personas.

Todoroki sonrió orgulloso de su creación. Curry. Un arroz blanco con vegetales y una mezcla de salsas. Obviamente, Katsuki prefería el Curry de manera picante.

Sirvió el arroz y la salsa con vegetales en dos platos. Los tomó en sus dos manos, notando que el platillo se había puesto ligeramente tibio, rápidamente utilizó su lado izquierdo para poder calentar los dos platillos.

— Feliz aniversario, Katsuki.

Shoto sonrió feliz, alegre de cómo se habían desenvolvió todas las situaciones en las cuales eran expuestos. Estaba conforme con el hecho de que, a pesar de que ambos eran héroes, su relación no afectaba en áreas de trabajo.

— Estoy esperando el plato.

Bakugo tenía la mano derecha alzada de manera firme para que Todoroki le diese su comida. Sus cejas juntas demostraban que Bakugo estaba perdiendo la poca paciencia que tenía y que sólo en escasos momentos —como ese— usaba. Shoto asintió saliendo de sus pensamientos. La gente solía decir que cuando estás con aquella personas especial, el tiempo flotaba de manera rápida, como hojas flotando de manera circular en el viento de un día otoñal, pero, para Todoroki, las horas no se le iban estando con el, sino, pesando en el. De manera seguida era reprendido por Bakugo por quedarse en una ensoñación repentina.

— Estás haciéndolo de nuevo — Murmuró el rubio un día de invierno, estaban a pocos días de salir de U.A.

Sentados en una banca, tomándose de la mano con los guantes gruesos que evitaban un contacto real. Shoto el miró profundamente, sin saber realmente a que se refería.

— ¿Qué?

— Divagar. Lo haces seguido cuando estamos juntos. — explicó

— Pienso en las cosas que podrían salir mal entre nosotros. Pero, al mismo tiempo, pienso en las cosas que han salido y saldrán bien en un futuro.

Entonces Bakugo entendió que probablemente Shoto, por su mismo educación, se preocupaba mucho por el futuro, por las cosas venideras. La estricta educación de su padres respecto a su futuro antiguamente marcado por ser el número uno le habían dejado secuelas, ocasionando que en cualquier situación, por más pequeña que se encontrase, todoroki pensará en las consecuencias futuras.

Cincuenta dias de Todobaku/BakutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora