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Con más emoción que nunca, Mina bajo del auto de su madre, corriendo hacia la puerta de su casa.
Su madre, quien estaba un poco nerviosa, se acercó a ella para abrí la puerta, dejando a su hija pasar primero.
— ¿Donde está Nayeon? —fue lo primero que dijo Mina. — Mina, hija mía, debemos hablar —le respondió tomándola dulcemente de los brazos, ayudándola a sentarse en uno de los sofás que se encontraba en la sala. — ¿Qué pasa? — Mina, tu sabes de tu accidente ¿cierto? —cuestionó la mayor, a lo que Mina asintió— bueno, durante el tiempo en el que estuviste en coma, Nayeon se fue a estudiar al extranjero ¿si? —volvió a asentir— bueno, el día que despertaste, tu padre y yo se lo comunicamos a Nayeon. Ella estaba muy feliz, así que decidió tomar un vuelo hacía aquí los antes posible.
La señora Sharon hizo una pausa, en la cual comenzó a derramar algunas lágrimas. Mina la miró un poco extrañada. ¿A dónde estaba intentando llegar su madre?
— Por desgracia, el avión en el que Nayeon venía cayó —continuó mientras sacaba de su bolsillo un pañuelo— aunque pudo haber sido peor, un gran porcentaje de los pasajeros murieron mientras que otros fueron hospitalizados de inmediato —se quedó en silencio, esperando una respuesta de su hija. Pero esta, en cambio, solo se quedó callada, rezando por que Nayeon fuera de los pasajeros hospitalizados. — ¿Y q-qué pasó? —preguntó Mina levantándose del sofá con lágrimas en sus ojos. — Nayeon murió, Mina
Y en ese momento, Mina sintió su mundo caerse. Sintió su corazón detenerse, sus ojos llorar y su cuerpo caerse, haciendo que este golpee fuertemente contra el frió suelo. Sintió sus ojos cerrarse de golpe.
Mina comenzó a sentir que le faltaba el aire, pero aún así, no se movió.
Abrió los ojos por unos segundos y, aunque todo se veía borroso, logró ver a su madre con un teléfono en sus manos llamado a un médico, probablemente.
Luego giró su mirada hacia la derecha, vió unos pies a su lado. Alzó la mirada, y la vió.
Mina vió a Nayeon, parada junto a ella, con una hermosa sonrisa.
Y fue ahí cuando entendió que ese había sido su fin. El fin de las dos.
