"Tu me lo prometiste, prometiste que no me lastimarías, confié en ti...confié..."
-Lorna...tengo miedo-
Dijo Cristhal, sacando a Lorna de sus pensamientos, había sido un día horrible para ella, no solo un día, una semana horrible, no solo una semana, un mes...todo se había sido horrible desde el asesinato de su madre, cada noche esperaba a que su hermano se durmiera para poder llorar hasta quedarse dormida, tenía que ser fuerte ante su hermano solo contaba con ella, pero se sentía indefensa, tenia solo 16 años y su madre era lo único que la mantenía fuerte, su padre los había abandonado cuando ella tenia 11 años.
-¿...Lorna?-pregunto su hermano al no recibir respuesta, esta miro sus ojitos verdes con ternura y paso su mano por su enmarañado pelo negro.
-no te asustes Cristhal, solo son los rayos, no te dañaran- dijo en tono protector, pero de pronto, un estruendoso rayo callo cerca de su hogar, haciendo temblar a su hermano hasta la medula, tapándose hasta la cabeza, aun sentada a la orilla de la cama lo abrazo.
- D-dijiste q-que no me dañaría- dijo aun tapado con la sabana.
- Solo es un rayo, tranquilo, estoy aquí y te protegeré, siempre - Al decir esto sintió como se le encojía un poco el corazón.
-¿d-duermes con m-migo? - Cristhal pregunto con temor, mirando a través de su sabana.
Lorna lo dudo un poco hasta que finalmente, asintió, se acomodo en la cama de su hermano haciendo que este la abrazara, cerro sus ojos y le dio un beso en la frente a su hermano.
-Hasta mañana Lorna- dijo con una combinación de terror y ternura.
-Hasta mañana, osito - respondió.
-Hasta mañana mamá- esto último hizo que los ojos de Lorna se humedecieran.
"...corriste hasta esconderte debajo de la cama, escuchaste sus pasos y como se movía lentamente, de pronto...nada...
-te encontre-dijo casi en un susurro..."
* >-*-< *
Cristhal había tardado un poco en despertar, pero el sabía que si no lo hacía su hermana iría a tomar venganza, cuando bajo, ella ya estaba en la cocina, preparando el desayuno junto con su abuela para que el después pudiera irse a la escuela.
-buenos días cariño-dijo su abuela depositando un beso en la frente de su adormilado nieto.
-hola...-solo alcanzo a decir para luego meterse un cacho de huevo a la boca, mientras que su hermana no había terminado de ponerlo en la mesa.
-!no seas ansioso¡ - ella le grito dándole una pequeña palmadita en la mano para después reírse, hace meses que no se reía.
- ¿Hoy irás a la escuela cariño?- dijo Charlotte, refiriéndose a su nieta.
- no... lo se...-volteo a ver a su hermano el cual le hizo una seña con los ojos de suplica, pero cada vez que volvía a ese horrible instituto se sentía horriblemente presionada. -creo...que...aun no estoy totalmente lista- sinto las miradas de decepción de su abuela y hermano.
Ella se seguía preguntando, ¿por qué no podía afrontar su realidad?, se sentía culpable por lo que había pasado, ¿fué acaso su culpa?, si ella no se hubiera ido de la casa, tal vez su madre no hubiera salido afectada, aun no habían encontrado al asesino, pero no hacía falta, ella era la culpable de todo, se miro al espejo, vio ese mismo rostro triste, pero no lo reconocía, había crecido con esos mismos ojos azules toda su vida, esa boca en forma de corazón, ese pelo lacio castaño, esas pecas, esa nariz respingada...pero ella... por alguna razón...no lo reconocía, no reconocía ese rostro, solo reconocía a una chica rota que había acabado con la vida de su madre.
- Los vecínos no dejan de hablar de ello...por lo menos esto retardará a los nazis- dijo el señor Baker, viendo el hollo que había causado el rayo de la última noche.
-¿Tambien esta así su patio?- pregunto su abuela, la cuál no reacciono muy bien ante el hollo de casi un metro en su patio.
-¡ Oh si! - exclamo el señor Baker - estan así en casi todo el pavimento de la ciudad, por suerte no hubo heridos.
A diferencia de su abuela que no lo veía mas que como un problema, Lorna se había fijado rotundamente en el agujero en el suelo, creía que tal vez sentía que se estaba volviendo loca pero... sentía como si ese agujero la llamara.
"¡No le hare daño!- gritaste, tratando de contener tu llanto, tus ojos se habían puesto grises de tanto llorar.
- Yo no te estoy preguntando...- murmuro con una voz ronca, que hizo que temblaras.
-Creí que eramos amigos...- respondiste tapándote fuertemente los oídos, pero solo lograste que riera descaradamente.
- Tu no eres nada para mi...- eso fue lo último que recordaste después de esa noche."

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El tormento
HorrorUna noche de tormenta, Lorna y Cristhal caerán en su mas horrible pesadilla