Thor Odinson

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Había pasado exactamente 1 año desde que Thor se fue. Para este momento había perdido total esperanza de que volviera. Y aquí me encontraba en mi habitación de la Torre de los vengadores, ya que los chicos se habían negado a que me fuera, aunque no pudiera cumplir mi rol como vengadora. No después de tener a Frigga, a la cual, a sus 3 meses, no podía dejar sola.

- Mi linda bebé - le decía mientras besaba uno de sus pequeños pies y ella solo me veía con sus hermosos ojos, esos que eran iguales a los de su padre, pero si soy sincera, toda ella era idéntica a él, era su viva imagen.

Pude ver por la ventana como la cuidad se iluminaba para después escuchar un trueno que me dio escalofríos.
Tome a Frigga en brazos y me acerque a la ventana. La verdad, las tormentas eran comunes en New York, pero no en pleno verano, así que ya sabia lo que se avecinaba.
Me decidí por quedarme dentro de la habitación, aún con el corazón apunto de salir de mi pecho. No me atrevía a salir, aunque sabía que el iba a llegar en cualquier minuto.
Deje a Frigga en su cuna, ya que se había quedado dormida, y me dirigí nuevamente hacia la ventana.
-  _____ -  era él.
- Thor - le dije tratando que mi nerviosismo no se notara. En pocos pasos el se encontraba a mi lado tomando mi mano.
- Te extrañe.
- Yo también - y sin poderme contener un segundo más, apoye mi cabeza es su pecho y aspiré su aroma. Lo había extrañado demasiado.
-  Te prometo lady ____ que no volveré a dejarte sola - quería creerle y había sufrido por tanto tiempo que ahora solo quería calma, por lo que levanté mi rostro y acaricié el suyo, para luego eliminar la distancia y probar nuevamente sus labios, esos que siempre me hacían sentir tan bien.
- Más te vale Odinson, porque ... - estuve a punto de decirle sobre Frigga, cuando la pequeña se adelanta y suelta un quejido, puedo ver la sorpresa en los ojos de Thor, para luego mirar en dirección a donde se encontraba nuestra hija.
- _____- dice en un susurro apenas audible, y el miedo entró en mi, jamás había visto al dios tan sorprendido. Se acerca a su cuna y me mira antes de tomar a la pequeña, puedo ver las lágrimas de emoción que se empiezan a juntar en sus ojos, y me doy cuenta que no debo explicar nada, la niña es una copia de él y Thor se ha dado cuenta - oh dioses... - la toma con tanta delicadeza, como si Frigga se fuera a quebrar.
- Ella es Frigga - y al nombrar a su madre veo que no puede retener más sus lagrimas, al igual que yo, no puedo creer que mi hija al fin se encuentre en los brazos de su padre.
Se acerca a mi con nuestra hija en sus brazos y nos fundimos en un abrazo los tres, Thor con su rostro en mi cuello sigue derramando lágrimas, mientras yo acaricio su espalda, esperando que este momento jamás acabe. Cuando siento que se calma, se separa de mi solo para llenarme de besos, y mi dicha no puede ser más grande.
- Gracias, Gracias, Gracias... - repite una y otra vez - Gracias por hacerme el hombre más feliz del universo _____, gracias por amarme y esperarme, aunque no lo merezca y no te merezco, eres la mujer mas maravillosa que haya conocido, nadie te llega ni a los talones, por favor _____, cásate conmigo, se mi reina.
Lo miro sorprendida y por un segundo sentí como le costaba al aire llegar a mis pulmones.
- Thor... yo...
- Por favor, se mía, te necesito, las necesito... no se que haría sin ti ...
- Pero si siempre me has tenido ...
- ¿Eso es un si?
- Por supuesto mi amor, nada me haría más feliz que pasar mi vida contigo.
Nos besamos una vez más y el se separa para ver a nuestra Frigga que volvió a quedarse dormida.
- Ella será la próxima reina de Asgard.
- Thor... no quiero obligarla a nada.
- Claro mi amor - dice un poco decepcionado aunque no quiera demostrarlo.
- Pero podemos tener más hijos, y tal vez alguno lo quiera ser - le sonrió y eso parece alegrarlo.
- Eso me gustaría mucho, después de casarnos tendremos todos los hijos que quieras, y seremos tan felices, te lo prometo - nuevamente me besa y deja a Frigga en su cuna. Se acerca a mi y cuando creo que va a besarme nuevamente en los labios, cambia de dirección y besa mi cuello- mi bella _____, no sabes cuánto te extrañé, tu olor, tu cuerpo, tu calor - decía repartiendo besos por mi cuello hasta mi clavícula y no pude hacer nada más que dejarme llevar, también lo había extrañado, pero finalmente estaba aquí y no pensaba dejarlo ir tan fácilmente esta vez.
Por fin estaba todo en su lugar y yo no podía ser más feliz.

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