Pietro Maximoff⚠️

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Eran como el día y la noche. Como el negro y el blanco. Como el hielo y el fuego. Pero a ninguno de los dos le importaba.

Pietro había dejado de lado su esencia de mujeriego para poder estar con ella, pero daría lo que fuera por estar con ella, así que eso le pareció tan insignificante que ni le dolió.

Ella era tan dulce que nadie se explicaba como podía estar con él. Pero es que nadie lo conocía tanto como ella, y nadie lo amaba tanto como ella.

Y ahí la tenía acorralada. Dispuesto a sacarle ese vestido floreado que llevaba volviéndolo loco todo el día.

- Lo haces a propósito, ¿cierto?

- ¿Que cosa Pietro?

- Te compras estos vestidos que hacen que quiera darme un tiro por los pensamientos que tengo - susurró en su oído mientras acariciaba las piernas de la chica, cosa que no era tan difícil gracias a lo corto que era el vestido.

- No tengo idea de que hablas - respondió ella perdiendo un poco el aire y la razón, siendo los responsables de esto los húmedos besos que el platinado dejaba en su cuello.

- ¡Ja! Sabes perfectamente de lo que hablo - dijo subiendo sus manos hasta casi rozar su trasero - llevas días dando vueltas con estos vestidos que dejan ver estas piernas que me vuelven loco, y no puedo dejar de imaginar lo único que estos logran cubrir - ahora si tomo su trasero, y no podía mentir, llevaba demasiado tiempo queriendo hacerlo.

Si no fuera porque Pietro la tenía tomada, ya estaría hace mucho tiempo en el suelo. Y es que el chico la tenía con ganas de esto hace tiempo. El tenía más que claro que ____ era virgen, pero es que ella no podía aguantar más, lo necesitaba. Y era más que obvio que se ponía esos vestidos a propósito, todos en el equipo se habían dado cuenta. Pero es que ____ necesitaba que Pietro la dejara de ver como si mirara a la virgen María. Ella agradecía mucho lo tierno que el podía ser y que la haya esperado hasta que estuviera lista para dar el siguiente paso, pero ella estaba lista hace mucho tiempo y el seguía sin dar ese paso. Y todo dio resultado al quinto día de su plan, cuando ambos se encontraron fuera de la pieza del chico. El no pudo resistirlo más y ella no podía estar más feliz por eso.

- Pietro, no aguanto más, te necesito - dijo enrollando una de sus piernas en la cadera del chico para poder juntar sus sexos. Y Pietro casi pierde la cordura. Pero no podía, tenia que si o si ser delicado con la chica. Se lo había prometido a si mismo. Así que la tomo e hizo que enrollara ambas piernas a su alrededor, para luego llevarla al interior de su habitación y depositarla suavemente en su cama.

- Yo también te necesito, no sabes cuanto, pero debo asegurarme de que estés segura de que quieras esto - ¡¿como podría dudarlo?! Pensó la chica. Llevaba tanto tiempo deseándolo que no sabía como no se había dado cuenta. Así que en vez de responder lo atrajo a sí misma y lo beso ferozmente mientras movía sus caderas frotándose contra la prominencia de el.

La visión de Pietro se borró por un segundo al sentir a su novia tan cerca y se separó por un segundo para acercar su mano a la zona húmeda de ella. Y casi le da un infartó al notar lo mojada que estaba.

- Dios, ____, estas tan mojada- y en un momento de calentura, metió un dedo dentro de la chica, la cual no pudo evitar soltar un grito ante la sorpresa y el pequeño dolor que eso había generado - lo siento cariño, pero por algo tenemos que empezar, tienes que acostumbrarte - y siguió moviendo su dedo en su estrechez, hasta que la sintió relajarse y empezar a disfrutarlo. Sacó la mano de su pantie para subirla y lograr sacar el vestido de la muchacha, que para entonces solo molestaba.

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