Capítulo 4

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Narra Keijiro

Estaba realmente aburrido. Había leído los últimos libros que Minami pidió por correo, había jugado los juegos que había en las consolas. No podía cocinar mucho porque siempre pedía comida de afuera. Llevábamos dos meses juntos y se me estaba agotando la paciencia. Quería que saliéramos y conocer el mundo del que tanto leía.

—Minami...—no iba a aventurarme a acortar su nombre como el de una chica, por lo menos no hasta que me dijera que sí.

— ¿Qué pasa Keijiro?—pregunto sin quitar la vista de la pantalla de su computadora o dejar de teclear.

— ¿Podemos salir?

—No, no podemos—suspiró pesadamente y detuvo el movimiento de sus dedos—Sabes perfectamente que estamos bien dentro de casa.

—Estoy aburrido, sería más divertido si sa...—pero me interrumpió girándose en la silla de rueditas.

—Tienes libros y juegos ¿Quieres que te compre más?

—No, creo que estoy algo cansado de eso—me acerqué a él de manera cautelosa—Quiero que salgamos afuera—tomé sus manos, pero las aparto al instante.

—No podemos salir—Regresó su atención a la pantalla—tengo mucho trabajo.

— ¡¿Pero por qué no?! ¿Es por ellos?—sé que le asustaba, pero no podía recluirse del mundo por una simples personas.

—No grites—golpeo con sus palmas el mueble del teclado—Adentro estamos seguros. Entiéndelo de una vez.

— ¡Pero no quiero estar seguro, quiero vivir!—sabía que estaba cruzando la línea, pero me sentía tan encerrado—Necesito más, Minami.

— ¿Necesitas más?—se levantó de la silla, pero no volteo a verme— ¡Entonces vete Keijiro!

— ¿Qué?...No hablas enserio.

—Si lo hago, vete de aquí y vive la vida que quieras tener—pasó a mi lado camino a la habitación—No necesito que estés aquí—y con esas palabras se encerró en la habitación.

Yo quería que él dejara de estar asustado, pero no encontraba la manera de que confiara en mis palabras. Yo podía protegerlo del mundo exterior, pero no podía protegerlo de sí mismo. ¿Qué debería hacer? Mire la puerta que daba hacia la calle.

¿Debía irme y dejarlo?

***

Narra Minami

Me desvestí hasta que quede solo en bóxer, no me importo mucho que la ropa quedara botada por ahí. Solo me metí debajo de las sabanas del futón y me hice bolita. Estúpido Keijiro y sus estúpidos deseos de salir afuera. Odiaba que los recuerdos me acecharan justo ahora, cuando había pasado tanto evitándolos.

— ¿Y si se va?...—pensé de repente, se supone que no me importaba, pero me dolía—pues que se vaya—pero esas palabras hicieron que el dolor creciera y el sonido de la puerta no me ayudó.

Esperé unos segundos que se me hicieron eternos, me levanté enredándome con las sabanas, las lancé lejos para salir de la habitación. Busque en la cocina y el baño. Él ya no estaba. Yo había logrado que lo único que tenía se fuera lejos de mí.

—No me dejes...—susurré.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos y caí de rodillas. Sentí que la casa comenzó a hacerse demasiado pequeña. Me dio tanto miedo que patéticamente perdí el conocimiento.

***

— ¿Me quieres Minami?—tenerlo colgado sobre mi espalda se había hecho una costumbre.

—Si...—susurré por lo bajo mientras lavaba los platos de la cena.

—Minami~ ¿Me quieres?

—Ya habías preguntado eso Keijiro—mis mejillas se sentían calientes. Claro que lo quería, pero de una manera que me avergonzaba admitir.

—Pero quiero una respuesta que me haga feliz—beso mi mejilla—Di que me quieres—beso mi otra mejilla—di que me amas mucho y que me necesitas.

—No voy a decir eso—suspiré tratando de mantenerme calmado, pero tal vez él era capaz de escuchar los latidos de mi corazón—Pesas mucho.

— ¡Que grosero!—se quejó separándose de mí.

—No te vayas, era muy cómodo—pensé, pero no deje que mis pensamientos escaparan—lávate los dientes para dormir.

—No soy un niño—bufó molesto, pero aún así se fue al baño.

Solo entonces pude soltar el aire que contenían mis pulmones y cuando termine de acomodar los platos en el escurridor de agua me mojé la cara. Nunca había tenido a alguien tan directo y ensimoso a mi lado. Pero me gustaba tenerlo cerca. Tal vez era masoquismo. Escuché el sonido de la puerta del baño y luego el de la habitación. Pasé primero a refrescarme un poco antes de ir con él.

—Espero estés listo para dor...mir...—todo lo que me esforcé por calmarme no sirvió de nada.

—Te estaba esperando—sonrió con emoción, pero estaba muy ocupado mirándolo.

— ¿De dónde sacaste eso?

—Lo pedí por internet ¿Te gusta?

El pelinegro tenia puesta una Yukata* blanca cubriendo su cuerpo, su cabello estaba húmedo y el olor que despedía era delicioso. Este idiota se había dado un pequeño baño mientras yo me perdía en mis pensamientos inútiles sobre sus tontas declaraciones.

—Sólo tapate—me agache para tomar la sabana y se la lancé encima.

— ¡Hey! Se supone que tú debes lanzarte sobre mí y debemos terminar teniendo sexo salvaje—reclamo molesto mientras se removía en las sabanas.

—Eres un niño, no me acuesto con niños—la verdad no solía acostarme con nadie. Aunque después del suceso de la escuela ya no era virgen.

— ¡Pero...!—me agache a cubrir sus labios con mi mano.

—Vas a ser bueno y te vas a dormir, ¿De acuerdo?—sonreí tranquilamente, él decía que eso le daba miedo.

Asintió mientras tragaba saliva. Quite la mano de su boca y me quite la playera. Decidid que por mi propia seguridad debía dormir con el pans puesto. Pero aunque una parte de mi hubiera querido seguir su sugerencia, mi cordura me recordaba que no debía.

—Buenas noches, Keijiro—me acomode dándole la espalda.

—Buenas noches...—susurró pegándose a mi espalda y sentí su mano deslizarse sobre mi vientre lentamente.

No le dije nada, de hecho preferí fingir que me había quedado dormido, su piel contra la mía se sentía muy cálida y me ayudaba a dormir mejor desde que había llegado a casa. Pero no esperaba que susurrara esas palabras.

—Espero algún día me ames como yo te amo...Siempre estaré contigo.

***

— ¡Despierta Minami!—esa voz tan conocida me despertó, trayéndome de vuelta a la realidad.

— ¿Qué haces aquí?—esos ojos dorados tan peculiares eran inconfundibles.

— ¡Vivo contigo idiota!—se veía muy preocupado—Quise ir a comprar cosas para cocinar por que quiero que tengas comida decente y entonces llego....para que tú...para que estés...—su voz se quebró y mordió su labio inferior.

—No llores...—mi corazón parecía aliviado de su respuesta.

—Me asusté mucho—sus lágrimas cayeron sobre mi rostro y me abrazo a su pecho—no vuelvas a hacer esto.

—No vuelvas a irte—pensé tomándome la libertad de abrazarlo por un momento.

Lo necesitaba más de lo que pensé.

Quería que estuviera siempre a mi lado.

Ya no quería estar solo. 

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Holiwis, no había actualizado por andar en lo de bw. Ya solo falta un capítulo para que pueda participar en los wattya.

Gracias por su apoyo en esto owo se ha estado manteniendo en #10 #11#12 en ficción así que hay posibilidades uwu
Eso es todo por ahora, gracias por leer.
Chao chao.

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⏰ Last updated: Jul 05, 2018 ⏰

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